Cuando no se tiene complejos la libertad fluye más a sus anchas. Y qué mejor que unos pantalones bermudas para poder presumir de unos calcetines multicolor en los que el único orden es el desorden de los tonos cromáticos en cada uno de ellos. Es de esperar que no destiñan en la lavadora porque pueden generar un auténtico desastre en la colada.
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