la tribuna

Manuel Garrido Ruiz

Las pymes, clave empresarial

RESULTA arriesgado, desde el punto de vista financiero, invadir un tema que por la situación económica del país se hace harto difícil, pero a su vez enriquecedor como es adentrarse en las entrañas del tejido empresarial de nuestro país. Al vivir en un mundo globalizado, tenemos la ventaja de que toda empresa debe considerar al mundo por cliente, y es necesario hacer ver al empresario que la generación de sus ideas y proyectos pueden ser válidos fuera de su territorio, adaptando su modelo empresarial y modificando su mentalidad hacia un pensamiento global, si bien, actuando como local. Esto será posible si se cuenta con formatos on line para exteriorizar/globalizar la empresa y abrir nuevos mercados.

Tenemos que pensar que las pymes son la gran fórmula del desarrollo empresarial, de hecho las grandes empresas en España apenas llegan a un 10%, mientras que las pymes representan casi el 90% del tejido empresarial español. Son ciertamente el referente del país. Toda empresa debe fijarse unos índices de calidad que demuestran su compromiso con el medio ambiente y la competitividad sana. La empresa debe superarse día a día y desarrollar soluciones innovadoras. Debe adaptarse a las circunstancias y particularidades que presenta el mercado. Debe cumplir de forma sostenible los objetivos económicos y ecológicos. Debe ofrecer productos de calidad y aportaciones innovadoras que deben ser conocidas fuera de nuestras fronteras. Avances técnicos, sistemas energéticamente eficientes y soluciones innovadoras, son las actuales necesidades de lo que llamaríamos la empresa moderna del siglo XXI.

La capacidad de un país para abordar los problemas económicos-financieros y para afrontar los cambios, va más allá de la capacidad que poseen los empresarios, comerciantes e inversores, ya que en todo van a influir varios factores relevantes que por orden de prioridad serian, la existencia de valores, actitudes y una cultura emprendedora local, el grado de adaptación de las empresas a la investigación científica y desarrollo tecnológico para la innovación I+D+i y por último, la calidad de liderazgo para movilizar a todos los actores y agentes sociales creando una estrategia y entramado empresarial capaz de organizar los recursos y capacidades de las empresas, a fin de alcanzar sus objetivos a medio y largo plazo, teniendo en cuenta las características del entorno de cada empresa, con el único propósito de generar ideas que sean un referente en el sector.

A nivel empresarial, hay que cumplir necesariamente unos objetivos, tener unos referentes claros y una preparación seria como empresario, empezando por el de gestionar el conocimiento y ponerlo a disposición de la empresa, en general, y de las pymes en particular, para conseguir un incremento de competitividad y de eficiencia. En segundo lugar, tener una clara idea de internacionalización, además de marcar unas líneas estratégicas que se concreten sobre todo en la protección del medio ambiente, la energía y el desarrollo territorial. También ser conscientes de la innovación en las aplicaciones técnicas en temas como la movilidad sostenible etcétera.

Muchas de las pymes dependen en gran medida de la actividad del dueño y, si éste llegara a faltar, el negocio como tal dejaría de existir. La idea es que el empresario de una pyme se considere como tal cuando haya creado una estructura compleja, capaz de funcionar sin tener la obligación de ir a trabajar todos los días a su propia empresa con el único fin de que el empresario creador, vuelva a sentirse libre para crear y emprender nuevos proyectos, generando así mas empleo. Ser un experto en un área empresarial concreta conlleva una mayor credibilidad y publicidad gratuita a medio y largo plazo. Participar en asociaciones o grupos de trabajo para empresarios es igualmente importante para acoger ideas, proyectos y multiplicar sus conocimientos. Como no actuamos en un monopolio, es nuestra obligación estar atentos a los movimientos de la competencia, ver cómo actúan, qué hacen, por donde flojean... e incluso apostar por sus mismas estrategias si es necesario (sin vulnerar otros derechos constitucionales). El objetivo debe ser uno: mejorar constantemente.

Un buen empresario no puede conocer una sola área del negocio, sino que, estará preparado para desenvolverse con facilidad tanto en contabilidad como en comercialización. Se deben hacer en todo momento, proyecciones del flujo de capital, para decidir con cuánto dinero se debe contar para evitar un problema eminente de falta de liquidez y por consiguiente, entramparse.

Y por último, volvemos al tema de siempre, mientras no se habrán los canales de financiación, en el que los bancos tienen mucho que decir, la situación del tejido empresarial en nuestro país se verá resentida y las pymes no podemos descuidarlas.

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