Recorrerse el mundo sin viajar

17 de septiembre 2025 - 03:09

Desde que uso la Inteligencia Artificial ya no viajo a ningún sitio. Si quiero ir a Egipto, por ejemplo, me voy al ordenador cojo una pirámide, la de Keops sin ir más lejos, pongo una fotografía mía delante, le doy al botón para que la imagen salga en 3D y ¡zas!, ya he ido a la ciudad por donde pasa el Nilo. Me hace unos vídeos estupendos y encima, una voz metálica, la de Sidi, creo que se llama, me explica como si fuese un guía todo lo concerniente a la pirámide en la que estoy.

Hace poco tuve en casa a un amigo y cuando le enseñé el vídeo me preguntó: “¡Coño! ¿Cuándo has estado tú en Egipto?”. Le dije que hacía dos veranos y se lo tragó sin más. Otro día mi mujer me insistió en que fuéramos a París. Ir a París es ese derecho que todas las esposas tienen. Cogí una foto nuestra de cuando éramos muy jóvenes y la puse delante de la torre Eiffel. La IA nos hizo un vídeo estupendo. A las visitas le decimos que fuimos a la capital del amor en viaje de novios y todas se lo creen.

Otro día me levanté con ganas de ir a Grecia. Me senté delante del ordenador, busqué una buena foto del Partenón y coloqué delante de él un retrato mío de cuando estuve haciendo la mili en Gerona. Como esa aplicación de la IA también te permite retocar las ilustraciones, me puse melena, una gorra del Granada CF, una camisa de flores y me colgué una Nikon último modelo. Estaba de lo más chulo delante de una de las ruinas más importantes de Europa. Otro día me fui a la Quinta Avenida de Nueva York y desde allí me apeteció conocer las cataratas del Niágara, que no las había visto desde la película de Marilyn Monroe. Puse una fotografía delante de las cataratas y la IA se encargó del resto. Incluso el programa me permitió que posara al lado de la mítica actriz.

En fin, que así me estoy recorriendo todo el mundo. Lo bueno que tiene viajar de esa manera es que no pierdes ninguna maleta, no te tienes que quitar el cinturón y los zapatos cuando vas a embarcar en algún vuelo, no coges salmonelosis por comer en un chiringuito de mala muerte, no sufres los horrores de la masificación y no tienes que poner ninguna reclamación en la agencia de viajes por haberte enviado a una pensión de mala muerte cuando tú habías contratado un hotel de cuatro estrellas.

Mañana me voy a Australia y pasado mañana a la Conchinchina.

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