Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

La solución son las urnas

La política es así. La memoria del ciudadano es voluble y a quien ensalza un día lo defenestra al siguiente

Ni los grandes líderes son eternos. Roosevelt triunfó en cuatro elecciones consecutivas y al poco de su muerte se aprobó la XXII Enmienda que limita a dos los mandatos presidenciales; Churchill ganó la guerra y perdió las elecciones y De Gaulle lideró la Francia Libre y rescató a la IV República de la mayor de sus crisis pero hubo de dimitir en medio de un segundo mandato que había ganado con holgura en las urnas. La política es así. La memoria del ciudadano es voluble y a quien ensalza un día lo defenestra al siguiente. Y en estas estamos, con el gobierno pendiente de un hilo y cada uno a lo suyo.

Quizá Rajoy no sea consciente de ello pero su carrera política parece acabada. Podría dimitir y dar paso a otro líder con la misma flema que John Major sustituyo a Mrs. Thatcher manteniendo a los tories otros siete años más en Downing Street o convocar elecciones y defender ante los ciudadanos el valor de su gestión. Pero, consciente de que las elecciones no las gana la oposición sino que las pierden los gobiernos, se resistirá a ello con la actitud numantina que le caracteriza y esperando a que el tiempo cure las heridas del latigazo de la Gürtel. Debería saber que una de las pocas cosas que cura el paso del tiempo es el jamón y siempre que el pernil disfrute de las apropiadas condiciones de salazón, altitud y temperatura.

Ninguna moción va a triunfar. Pedro Sánchez ignora que en política es frecuente encontrarse rodeado de aliados sospechosos. Y en eso es maestro. Entregó los ayuntamientos a Podemos y se quedó mirando al tendido esperando una ovación que recogen otros. Debería olvidar lo que no podrá conseguir y coger lo que se le ofrece pero su ambición es impaciente y la impaciencia ha acabado con más carreras políticas que cualquier otra actitud. Albert Rivera tiene tanto interés en convertirse en nuestro líder providencial que no va a permitir que nadie le robe el protagonismo y Pablo Iglesias, una vez superado el durísimo escollo del referéndum por el chalé de Galapagar, tampoco permitirá que le birlen el liderazgo de la izquierda.

Así que me pregunto si es tan difícil entender que, bien porque el señor Rajoy convoque elecciones o porque la moción de censura la encabece un independiente al frente de un gobierno técnico que convoque elecciones inmediatamente, la salida más lógica es que decidamos los ciudadanos que al fin y al cabo somos los que pagamos la fiesta.

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