Si ha habido una protagonista en la Navidad granadina, esa ha sido, sin lugar a dudas, la noria del Paseo del Salón. En primer lugar, por haberse convertido en reclamo para turistas y locales y ahora, por abrirse el debate sobre su nueva ubicación. La noria es la metáfora perfecta de sí misma: cuando acaba una vuelta, vuelve a empezar en un ciclo sin fin. Desde su inauguración, la atracción no ha parado de generar titulares y parece complicado que ese continuo retorno vaya a acabar en los próximos días, incluso meses.

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