Tribuna

Isabel Ruiz Pérez y Guadalupe Pastor Moreno

Violencia de género y confinamiento, la pandemia silenciosa

China, Francia, Chipre, Colombia, México, Australia o Estados Unidos han registrado aumentos que en algunos casos superan el 90% con respecto al mismo período de 2019

En España, durante el primer mes de confinamiento, las llamadas al 016 aumentaron un 31%

En España, durante el primer mes de confinamiento, las llamadas al 016 aumentaron un 31% / Archivo

Desde el inicio de la alarma sanitaria por COVID-19, y con la experiencia previa de otros países, se han publicado artículos en prestigiosas revistas científicas recordando que el virus no afecta a toda la población por igual. Y si hay un grupo especialmente vulnerable ante la actual situación, es el de aquellas mujeres que han estado confinadas en el hogar con sus agresores.

No solamente peligra la seguridad de aquellas mujeres que vienen de una situación de violencia previa y encuentren dificultades para salir del domicilio, o para continuar asistiendo a los servicios de asistencia psicológica y asesoramiento jurídico. También hemos de tener en cuenta todas las situaciones de violencia que permanecían latentes y que habrán llegado, o llegarán, a la “fase de explosión” en estas semanas. Incluso aquellas situaciones que se mantengan en la “fase de acumulación de tensión” y dejen importantes huellas en la salud de las mujeres.

Diferentes países han informado de incrementos preocupantes de los casos de violencia de género, principalmente a partir de los datos de llamadas a las líneas de ayuda: China, Francia, Chipre, Colombia, México, Australia o Estados Unidos han registrado aumentos que en algunos casos superan el 90% con respecto al mismo período de 2019.

En España, durante el primer mes de confinamiento las llamadas al teléfono de información y de asesoramiento en violencia de género (016) aumento un 31%; las consultas online 443% y las acciones de vigilancia y protección de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad un 25% con respecto al mismo periodo del año anterior.

Se da al mismo tiempo la paradoja del descenso de las denuncias por violencia de género. Este dato, anunciado por Guardia Civil y Policía Nacional, ha generado diferentes lecturas y polémicas, pero parece un síntoma de las dificultades que pueden encontrar las mujeres para interponer una denuncia en la actual situación de alarma.

Entre las recomendaciones de Naciones Unidas, OMS y otros organismos e instituciones internacionales, destaca la necesidad de asegurar la continuidad de servicios esenciales para responder a la violencia contra las mujeres y niñas, desarrollar nuevas modalidades de servicios en el contexto actual y aumentar el apoyo a organizaciones especializadas de mujeres para brindar servicios a nivel local y territorial.

Las consultas online se han incrementado 443% con respecto al mismo periodo del año anterior

La respuesta del Gobierno de España ante el problema se ha materializado principalmente a través del Plan de Contingencia contra la violencia de género ante la crisis del coronavirus y el Real Decreto-ley de medidas urgentes para proteger y asistir a las víctimas de violencias machistas durante la crisis.

Recientemente se han incorporado al Plan de Contingencia medidas adicionales y necesarias dirigidas a víctimas de trata, explotación sexual y a mujeres en contextos de prostitución. Los recursos de atención integral a las víctimas se han declarado servicios esenciales y se han adaptado a las actuales circunstancias excepcionales, de manera que el asesoramiento jurídico, el apoyo psicológico y el alojamiento seguro pueda garantizarse.

Junto a estas medidas, las campañas de sensibilización del Ministerio de Igualdad y las diferentes iniciativas de las comunidades autónomas, algunas en colaboración con los Colegios Oficiales de Farmacia o de Administradores de Fincas, tratan de concienciar a la sociedad de la necesidad de tener tolerancia cero hacia la violencia contra las mujeres. Para enfrentar la pandemia silenciosa todas las estrategias mencionadas son válidas y se complementan entre sí.

La otra pandemia, la vírica, pasará y dejará un escenario con varios interrogantes. ¿Qué ha pasado y pasará con estas mujeres?, ¿Hasta qué punto estas medidas se están cumpliendo?, ¿Qué ha ocurrido en este período de confinamiento en los hogares, ¿cómo ha impactado en la salud y la calidad de vida de las mujeres y sus hijos e hijas?

Para responder estos interrogantes se debería reactivar urgentemente el Pacto de Estado contra la violencia de género. Retomar la formación de los profesionales sanitarios en la labor de identificación y seguimiento de casos, y estimar en qué momento un sistema sanitario, ahora centrado en la epidemia vírica y en proceso de reinvención, estará en condiciones de retomar las funciones que venía ejerciendo en materia de violencia de género.

El análisis de datos de los delitos relacionados con violencia de género requiere un examen cuidadoso. Es posible que en estos momentos las víctimas estén solicitando asesoramiento y postergando cualquier decisión, y que por tanto muchos casos afloren con posterioridad. Quizás la situación vivida, con un escenario propicio para ejercer el control sobre la mujer, evite los casos de violencia extrema y asesinato, lo que puede dar una foto errónea de la realidad.

Se necesitara retomar de forma urgente este tema con fuerza e iniciativas por parte de los organismos y agentes sociales implicados porque se avecina una crisis económica que va a perpetuar el "confinamiento" de muchas mujeres, y va a poner más difíciles las salidas sociales y económicas.

Isabel Ruiz Pérez es epidemióloga experta en Violencia de Genero.

Guadalupe Pastor Moreno es socióloga experta en Género e Igualdad de Oportunidades.

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