Empieza agosto y con él se ha superado un nuevo récord de llegada de migrantes a la Costa de Granada. Con las 73 personas que llegaron ayer hasta la dársena motrileña, se elevan a 3.908 los inmigrantes que han alcanzado el Puerto de Motril frente a los 3.838 registrados en todo el año pasado.

Se da la circunstancia de que julio, con 944 rescatados, se convirtió en el segundo mes de la historia con mayor afluencia de inmigrantes en Motril, detrás de junio de este año (1.027). Son cifras que sobrepasan incluso los números totales que se registraron en años completos: 961 en el 2009, 711 en 2010, 757 en 2012, 496 en 2013, 501 en 2014 y 901 en 2015.

Por el momento, agosto se estrenó con la llegada dos contingentes, uno de sesenta y tres personas -de ellas 60 de origen subsahariano entre las que había 6 mujeres y 2 bebés-; y otro de 13 rescatados de origen magrebí, recuperados ayer en dos acciones realizadas por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo.

Cronológicamente, la primera de las pateras la interceptó Servicio Marítimo tras ser detectada por las cámaras del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) cuando se acercaba a la playa de Calahonda, con 13 personas, entre los que podría haber dos menores.

Más tarde, Salvamento Marítimo rescataba a 60 personas de origen subsahariano, entre ellas 6 mujeres y 2 niños que viajaban en una patera a 11 millas al suroeste de la isla de Alborán.

El dispositivo de búsqueda se inició a primera hora de la mañana tras recibir el aviso de una ONG que alertaba de la salida desde Tcharrana (Marruecos) de una embarcación ocupada por 60 personas que iba dirección a la península. Participaron en el despliegue los aviones Cóndor IV del Frontex y el Sasemar 101, además de la Guardamar Polimnia.

Los migrantes fueron atendidos por voluntarios de Cruz Roja a su llegada a la dársena motrileña, que comprobaron su estado de salud y posteriormente fueron puestos a disposición de la Policía Nacional en el centro de acogida temporal del puerto. Los menores agradecieron el recibimiento dispensado los facultativos con una sonrisa en bajo la atenta mirada de sus madres, que respiraban aliviadas al llegar a tierra firme tras las horas de incertidumbre en alta mar.