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La Universidad cierra sus cursos de verano en agosto 'por vacaciones'

  • La dificultad para encontrar alojamiento y el descanso de la mayoría de los ponentes son las causas principales

Los cursos de verano del Centro Mediterráneo es más fácil que se celebren en noviembre que en agosto. Así ha sido desde sus inicios hace más de veinte años y, al parecer, así seguirá siendo. Fuentes de la organización aseguran que los factores son múltiples: el calor, las fechas disponibles de los ponentes y, uno más, muy importante, el incremento en los precios en una temporada estival más que golosa para los turistas, donde los hoteles cuelgan el cartel de lleno y las tarifas suben más que en cualquier otra época.

El Centro Mediterráneo ofrece cursos en Almuñécar, Guadix, Motril, Loja y Lanjarón. El pasado día 31 de julio dijeron hasta luego, para continuar la segunda semana de septiembre. En Almuñécar, por ejemplo, es complicado encontrar alojamiento y salas auxiliares. Habitualmente, los cursos se celebran en la Casa de la Cultura, sin embargo, hay algunos que requieren otro tipo de salas, como los de gastronomía.

Desde hace más de diez años, el Centro Mediterráneo acude al Hotel Helios para suplir esa falta de espacio. El alquiler de uno de estos salones oscila entre los 150 hasta los 500 euros, incluyendo un servicio de coffe-break. Pero éste no es el único gasto, ya que el alojamiento de los ponentes también tiene su coste. En agosto, los precios se incrementan de un 12 a un 15% con respecto a otros meses veraniegos.

Aparte, está el problema de encontrar habitaciones libres, aunque este verano, debido a la crisis y a las obras de los paseos de Almuñécar, hubiera sido más fácil. Lo normal es que los hoteles estén llenos y habría que buscar con bastante antelación donde alojar a una media de seis ponentes por curso. Hay que tener en cuenta que en tan sólo el mes de julio se han impartido 13 en Almuñécar.

Además, está el factor improvisación. Las agendas de los ponentes, científicos, profesores de Universidad, doctores … están saturadas. A veces se comprometen y luego no pueden cumplir y el riesgo de reservar en balde planea.

Tanto desde la organización como desde los establecimientos hoteleros creen que la principal dificultad de que estos cursos se prorroguen durante agosto estriba en ajustar las agendas de los ponentes porque la mayoría tienen vacaciones en este mes.

Los alumnos son más flexibles. Sandra, de 26 años, estudiante de Derecho, hubiera hecho el curso de "Gobernanza y políticas para una buena administración" aunque se hubiera impartido en agosto. José, de 23, colega de la misma Facultad, opina lo mismo. Y Luisa, estudiante de Administración de Empresas también.

Ellos tienen el asunto del alojamiento un poco más fácil. La mayoría de sus familias posee un apartamento en Almuñécar y aprovecha su estancia en la localidad costera para seguir formándose en verano.

Los más de 700 alumnos de Almuñécar, de una cifra global de 1.100 en los cursos de verano, se podrían incrementar cuantiosamente. Sin embargo, hay de nuevo inconvenientes para que esto se pueda materializar. Desde el Centro Mediterráneo explican que su modelo de financiación se basa en un 30% de fondos procedentes de la Universidad de Granada, de la que dependen (directamente del rectorado desde hace relativamente poco) y en un 70% de recursos privados o de entidades públicas. El Ayuntamiento de Almuñécar cede instalaciones y también aporta ciertas cantidades pecuniarias. A cambio, el nombre de la ciudad sexitana se promociona como una ciudad de cultura. Motril, donde también se celebran estos cursos tradicionalmente, este año "no ha encontrado aulas", según confiesan fuentes cercanas a la negociación, aunque no llegan a comprender si en realidad se trata de falta de infraestructuras o de voluntad.

La cantidad que aportan los alumnos en concepto de matrícula es "simbólica", según señalan las mismas fuentes, por lo que no cubre los costes. Además, está la falta de medios materiales y personales, sólo hay tres funcionarios dependientes directamente del Centro Mediterráneo. Aunque los resultados son más que satisfactorios parece que no hay fuerzas para emprender una aventura demasiado ambiciosa. Por último, otros apuntan a que la prórroga en agosto de los cursos haría que éstos pasaran desapercibidos, entre tanto turista. Lo cierto es que, por tradición, los universitarios, suelen respetar el mes más caluroso del año. Ya volverá el Centro Mediterráneo -en su segunda parte- el 8 de septiembre y se prolongarán sus enseñanzas hasta bien entrado el otoño, con Una mirada hacia América Latina: hechos y contextos, que cerrará los cursos de verano en noviembre.

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