Los chiringuitos de la Costa viven sus días de trabajo más fuertes del año mientras esperan con ansiedad la aprobación del Reglamento de Costas, ya que el desarrollo de la ley permitirá superar la incertidumbre que pesa sobre estos negocios y sus concesiones. Por eso reciben casi con el mismo entusiasmo que la llegada de clientes las noticias que les llegan desde el Ministerio de Medio Ambiente de que el Reglamento de la Ley de Costas está "casi listo". De hecho, creen que será aprobado, "en los primeros Consejos de Ministros tras las vacaciones estivales".

El presidente de la Asociación de Chiringuitos de la Costa Tropical, Francisco Trujillo, reconoció que la "tramitación para lograr las concesiones está ya muy avanzada". En el caso de Salobreña, sobre todo, ya que la Delegación de Medio Ambiente de la Junta había aprobado los proyectos presentados por 7 de los 8 chiringuitos de esta localidad. De ahí que incluso podían haber obtenido la concesión antes del verano y haber finiquitado su situación de irregularidad, sin embargo los mismos empresarios pidieron "que se frenara el procedimiento para adaptarlos a la nueva ley y al reglamento".

El representante de los chiringuitos granadinos indicó que los 52 negocios nacieron después de la Ley de 1988 "y estamos donde Costas nos situó y se nos aprobaron las dimensiones". Después se sucedieron unos años buscando sin éxito la renovación de sus concesiones caducadas, por lo que ahora el reglamento resulta esperanzador, ya que recoge muchas de las propuestas planteadas por los propios empresarios de playa.

"Una vez que se apruebe, va a ir todo muy rápido, porque ya estamos preparados para ello", continuó Trujillo, "somos conscientes de que en verano, por suerte o por desgracia, se paraliza todo pero creo que en dos o tres meses puede estar todo listo". En concreto, en lo que respecta a las dimensiones que concede el nuevo texto para las playas urbanas no existen muchas divergencias. Costas apuesta por un tope que una vez sumados todos los elementos se sitúa en los 300 metros cuadrados, el doble del que figura en la normativa de 1988 y amplía la distancia mínima que debe mediar entre los establecimientos. La Asociación ha presentado alegaciones a este texto.