TRAS el paréntesis del año pasado en el que la cofradía de Santa María de la Alhambra tuvo que salir el Jueves Santo (su día original) por la celebración el sábado de la Passio Granatensis, este año el Sábado Santo ha vuelto a tener a su protagonista más querida, la Virgen de las Angustias de la Alhambra Coronada, una magnífica talla de Torcuato Ruiz del Peral.

Desde la iglesia de Santa María de la Alhambra hizo su salida la corporación con el recorrido más espectacular de la Semana Santa ya que tiene el privilegio de pasar por el conjunto monumental, atravesar la Puerta del Vino y la de la Justicia para bajar por el paseo de coches y la Puerta de las Granadas hasta Plaza Nueva. Y de regreso, la misma operación, lo que hace las delicias de turistas que se asombran con la belleza de la imagen y el entorno en lo que supone el mayor exponente del título conseguido este año por la Semana Santa granadina, la declaración de fiesta de Interés Turístico Internacional. Para el turista, ver un cortejo nazareno de este porte por la Alhambra tiene que ser una combinación de película.

De hecho, este año se recuperaba la bajada por Gomérez tras la restauración de la Puerta de las Granadas.

El paso por la Puerta de la Justicia es lo más espectacular por la estrechez de la misma y las dimensiones del paso, al que hay que retirar las trabajaderas exteriores que lleva como aspecto singular.

El cortejo azul y blanco adamascado recorrió los primeros metros de su itinerario con cierto retraso aunque después recuperó el tiempo para llegar a hora a la tribuna oficial.

Este año era el primero tras una década en la que la hermandad salía y regresaba al mismo templo pasando por la Cuesta de Gomérez ya que entre restauraciones de la iglesia alhambreña, que les obligó a permanecer en el Sagrario, y arreglo de la Puerta de las Granadas no se podía hacer este recorrido completo.

Miles de personas (la hermandad repartió unos 5.000 pases más la gente que se agolpó en las zonas abiertas de la Alhambra) acudieron a ver el cortejo alhambreño, que estuvo acompañado musicalmente por la Banda de Cornetas de las Tres Caídas en la Cruz de Guía y la Banda de Música de Lebrija tras el paso de la Virgen, que fue coronada canónicamente hace diez años en la Catedral de Granada.

La zona de Plaza Nueva y todo el recorrido oficial aglutinó a cantidad de cofrades que este día sólo tienen una opción, y turistas, que encuentran en esta salida, junto con la de los Gitanos y el Silencio, el mayor reclamo turístico ya que son las corporaciones más conocidas y 'vendidas' internacionalmente.

A su regreso, la belleza del paso, realizado en plata inspirado en el Patio de los Leones de la Alhambra, realzaba aún más la impronta de la talla de la Virgen de la Alhambra Coronada, representación maestra de una piedad.