Crónica | Sábado Santo

Granada, a los pies de La Alhambra

  • El Sábado Santo brinda grandes momentos en la parroquia de la Encarnación de Santa María de la Alhambra, con rezos dirigidos al grupo escultórico de Ruiz del Peral

Granada, a los pies de La Alhambra

Granada, a los pies de La Alhambra / Jesús Jiménez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Tercer Sábado Santo huérfano, in albis, sin la presencia de Santa María de la Alhambra entre los granadinos. La lluvia de 2019 y la pandemia que azota el mundo desde 2020 han impedido que la ciudad pueda reencontrarse, como la tradición manda, con una de las grandes devociones de la ciudad, con una de sus grandes imágenes, con una de sus hermandades más señeras y distinguidas. La Alhambra no bajo a Granada pero sí Granada subió hasta La Alhambra. Un reguero incesante de fieles, cofrades y hermanos no dejaron pasar la ocasión para visitar la parroquia de La Encarnación en lo alto de monte de la Sabika. 

La hermandad no pudo disfrutar de un espléndido altar efímero que ayudara a rememorar lo histórico del día, de un acontecimiento que permitiera renovar la devoción, el amor y fervor a la imponente Piedad que corona el retablo de la parroquia alhambreña. Desde la distancia y la altura, sin más exorno que seis cirios y unos centros de flor, María Santísima de la Alhambra encendió las oraciones de todos aquellos que acudieron hasta el templo. El camarín que se abre en medio del retablo, entre Santa Úrsula y Santa Susana, se quedó pequeño para acoger las súplicas y plegarias de los hermanos, fieles y devotos. 

El hermano mayor de la corporación, Rafael Ruiz, aprovechó la ocasión para agradecer a las hermandades, instituciones y fieles los gestos de cariño profesados a lo largo de toda la jornada: "No han faltado a lo largo de todo el día personas que se han acercado para acompañar a nuestra madre y a la hermandad en un día tan importante como éste". Día de culto en Santa María de la Alhambra donde, además de la veneración, la hermandad se dispuso a rezar el último vía crucis de la Semana Santa de Granada antes de iniciar la vigilia pascual, que adentre a los cofrades y a toda la cristiandad en la Pascua de Resurrección. 

Desde la junta de gobierno confesaron que se trataba de un día especial, de sensaciones encontradas, donde pesaba la nostalgia de por tercer año consecutivo haberse quedado en el templo pero con la alegría de haber podido reencontrarse con los hermanos y con Granada después de una Semana Santa tan aciaga como la de 2020. Las esperanzas se ponían, en el 2022: "El año que viene será, si Dios quiere". 

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