La Banda de Atarfe se 'reinventa': identidad y repertorio marcan su horizonte
Música cofrade
La formación iliberitana ofrece un concierto en la víspera del Domingo de Ramos para luchar contra el cáncer infantil
Granada/Este Sábado de Pasión la música granadina tiene una fecha importante en la ciudad de Atarfe. Lo hace de manos de la banda municipal de esta localidad del área metropolitana en un concierto que pretende no dejar indiferente a ningún melómano cofrade. Bajo el título de Legado cofrade: 1889-1999, la formación musical que dirige Alberto Vallejo (Granada, 1988) recuperará la memoria de músicos como los Font, Turina, López Farfán, Gámez Laserna o José Albero.
Un concierto que pretende recaudar fondos para la asociación Aúpa, que lucha contra el cáncer infantil, pero que pretende también reivindicar piezas históricas de la música procesional a la vez que defender un repertorio arriesgado en el contexto cofrade granadino, por su apuesta por la solemnidad, el clasicismo y la calidad. La Banda de Atarfe, con Vallejo al frente de la batuta, pisa fuerte.
Son muchos los que aún recordamos a la banda tocando cada Domingo de Ramos tras la Virgen de la Paz. Sin embargo, el aire y el corte que tiene ahora la banda dista mucho de la de aquel entonces... Ahora, con un poso y madurez distintos, buscan una identidad propia. Una forma de ser que, sin renunciar a su pasado, busca su propio hueco dentro de un cada vez más exquisito y depurado panorama musical.
Alberto, ¿qué ha llevado a la banda a reinventarse de esta manera y a apostar por un repertorio como el que ahora lleváis? Marchas clásicas, fúnebres... alejada, ciertamente, de las marchas que hoy están de moda.
Pues, sobre todo, mi experiencia tras haber tocado con la Banda Municipal de Sevilla. Queríamos marcar un repertorio cofrade muy definido, muy concreto. Buscamos la recuperación histórica, las marchas de calidad. Esto, a veces, nos está llevando a recibir muchos portazos en cuanto a crucetas con las hermandades, pero queríamos reivindicar este tipo de marchas e ir marcando nuestra propia línea. Pero también tocamos marchas que hoy suenan, que están de moda, como La Esperanza de María. Tenemos que pasar por ahí.
Es importante tener una línea, una identidad y un repertorio dentro del mundo de las bandas y de la Semana Santa. Imagino.
En general existe un gran desconocimiento, ya no sólo en las hermandades sino también dentro de las propias bandas. Muchas veces hemos tirado para un sitio u otro, dejándonos llevar por las modas. Además, en el mundo de las cofradías, ciertos asesores musicales no ayudan, porque buscan más lo que les gusta que lo que realmente necesita la hermandad. Cuando se hace una cruceta es importante que todos salgamos contentos y saber todos en qué territorio nos manejamos.
¿Por qué es tan importante una cruceta?
Para poder crear esos momentos que nos gustan a los cofrades. No vale pedir una marcha u otra, hay que pensar en si eso beneficia a la banda y al propio paso: si estoy en campo abierto, si hay edificios, si en una revirá se parte la banda... Hay que saber qué repertorio llevas y conocer muy bien a la hermandad y a la propia banda para saber encajar todo eso.
¿Y por qué es importante una identidad en una banda?
La música que se toca tiene que estar acorde con la instrumentación. Y cada banda es muy personal. "Yo quiero tocar como Tejera": pero hay que saber qué tipo de músicos tienes para poder tocar como Tejera. Y está muy bien a otras bandas, pero tienes que fijarte en cómo son tus músicos para poder programar y crear un repertorio.
En una banda como la vuestra, con una presencia de jóvenes tan importante, ¿cómo se valora este tipo de repertorio tan clásico, incluso fúnebre?
Como venimos de algo distinto, a veces cuesta. Aún así, hay muchos músicos que sí valoran la música que estamos haciendo. Yo también me encargo de hacer pedagogía y explicar en los ensayos por qué metemos esta marcha y no otra. Intento transmitirles el gusto por la música cofrade: cómo en dos marchas de una misma época, López Farfán es capaz de romper con todo, como en Pasan los campanilleros y contrastarlo con la música que hace en La Victoria de María. Intento ganármelos con esos detalles: en cómo se va dando siempre una vuelta de rosca, la repercusión de estas marchas en su estreno... Poco a poco, se van convenciendo.
Una apuesta complicada.
Y más en una banda como la nuestra, con músicos amateurs. Intentamos siempre buscar ese punto medio, entre lo artístico y lo social. Entiendo que muchos quieran que sólo toquemos Mi Amargura, pero tenemos también que aspirar a lo más alto, para ir subiendo en cuanto a programaciones. Hay que informarse y formarse para poder convencer.
Nada de Paco Lola...
Esa música ha tenido su función. No todas las bandas son capaces de tocar Mektub. Paco Lola, Abel Moreno... son músicos muy importantes, porque supieron hacer un tipo de música apta para cualquier banda, con una instrumentación asequible para cualquier formación. Pero que saber de dónde venimos y también hacia adónde vamos. Lo decía antes: dejarse llevar por las modas no nos lleva a ningún sitio. Por eso es importante saber qué instrumentación había antes de los años ochenta, por qué la música cofrade sonaba así, qué formas tenían las marchas.
Y con esta apuesta y línea estética, musical... ¿cabe la posibilidad de volver a abrirse hueco en la Semana Santa de Granada? Vuestra nueva carta de presentación, tras la Virgen del Carmen el 8 de diciembre, dejó un gran sabor de boca.
No tocábamos en Granada desde hace años y veníamos todos muy motivados. Además, era un puente, con la ciudad a rebosar, muchas hermandades, muchos cofrades y músicos arropando a la Gran Madre. Para nosotros era una manera de reivindicarnos y de hacer una llamada de atención: "oigan, que también sabemos hacer esto aunque hubiésemos estado en la sombra por la línea musical que teníamos...".
Ninguna campaña de publicidad mejor que esa.
Tenemos intención de buscarnos un hueco. Es el objetivo que nos motiva a los músicos: muchos hace años que no tocan en Granada y otros no lo han hecho todavía nunca. Para eso tenemos que convencer diferenciando nuestro repertorio, recuperando piezas históricas y apostando por el repertorio granadino. Es lo que venimos haciendo: dando a conocer el trabajo de nuestra tierra allí donde tenemos la oportunidad de tocar. Que la gente sepa quién es Ruzafa, Ballesteros...
¿Y detrás de qué palio os gustaría ir?
Siendo exquisitos, hay hermandades que piensan en repertorios como el nuestro. Pero no me atrevo a decir nombres por respeto a las bandas y compañeros que tocan detrás de esas hermandades.
El respeto. Gran palabra en el mundo de la Semana Santa y de las bandas...
El respeto es la base. Yo cuando hablo de las bandas de Granada, lo hago con el corazón en la mano, y pongo como referentes a Armilla y Padul. ¿Por estar en otra banda voy a criticar su trabajo? Si lo hacen tan bien como lo hacen en ellos, hay que apoyarlos.
Quizá esa falta de respeto, o incluso de intrusismo, es lo que ha llevado a la volatilidad de las bandas.
Pero eso está cambiando. Hay cambios en las directivas y en los directores. Estamos entrando en otra época y la relación entre las bandas también es otra. Hay un ambiente renovado y de respeto. Yo me siento orgulloso de las bandas que tenemos en la provincia. Aunque también es verdad que hay bandas que no juegan limpio. En Atarfe lo hemos vivido: ha habido otras bandas que venido un Viernes Santo ofreciéndose gratis. Y contra eso no se puede luchar ni con el mejor repertorio del mundo. Pero también hay hermandades que son serias y prefieren pagar y apostar por la calidad. Por eso es importante crear conexión con las hermandades. Nosotros llevamos muchos años tocando en Atarfe, Baza, Arriate, Almogía... No somos de ir cambiando. Conforme pasa el año se va fraguando el repertorio, y conoces el itinerario, el carácter de la hermandad...creo que hay hermandades y bandas que buscan esa relación.
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