Sociedad

El Vaticano apunta a los medios para defender al Papa en los casos de abusos

  • El cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ataca directamente al 'The New York Times' por lo que considera una mala investigación al tratar de implicar directamente a Benedicto XVI.

El escándalo de los abusos por parte de miembros de la Iglesia católica no deja de crecer y varios medios empiezan a investigar el papel del papa Benedicto XVI durante su tiempo como arzobispo y como prefecto de la poderosa Congregación para la Doctrina de la Fe.

Hasta el Vaticano, no siempre hábil en la comunicación con los medios, se ha percatado de que los ataques al pontífice prometen dar buenos titulares. Y en un paso poco habitual para la Iglesia, el cardenal estadounidense William Levada, sucesor de Joseph Ratzinger al frente de la Congregación, atacó directamente al diario The New York Times por lo que considera una mala investigación. El religioso acusa con dureza al rotativo de una parcialidad injusta, todo por conseguir una aparente exclusiva. El cardenal, que fue antes arzobispo de San Francisco, no es además el único que quiere reforzar el bastión de defensa en torno al Papa.

Levada hace referencia a varios artículos y comentarios del Times sobre 200 presuntas víctimas de abusos en la escuela para sordos en Wisconsin. El responsable era el ya fallecido sacerdote Lawrence Murphy, que trabajó en la escuela hasta 1974 durante casi un cuarto de siglo. Según el diario, el arzobispo de Milwaukee informó al entonces prefecto Ratzinger en dos cartas sobre los hechos, pero éste no le respondió. Una acusación apenas velada contra el actual Papa como encubridor.

Algo impensable, sostiene ahora Levada. Se trata sólo de prejuicios, ya que nadie ha hecho tanto para evitar que se olviden casos de abusos en la Iglesia como Ratzinger. "El error fundamental (en la información sobre el caso de Murphy) consiste en acusar al Papa y no a los responsables en el arzobispado de Milwaukee por no haber suspendido al sacerdote", dice Levada. La Congregación, en realidad, apoyaba un proceso canónico contra Murphy y sólo se distanció de esa opción cuando el sacerdote estaba moribundo. "En ese caso un proceso no sirve de nada", agrega.

En esencia, el cardenal norteamericano sostiene que todo es cosa del pasado y que se intenta poner en el banquillo de los acusados a alguien de valor con "el que se puede y se debe contar". Es anacrónico, señala Levada, que ahora se haga como si los que antiguos responsables "tuvieran que haber sabido entonces de forma intuitiva lo que sabemos ahora en 2010 sobre los abusos".

También el periódico italiano Avvenire, cercano a la Iglesia, rompe una lanza por Benedicto XVI y destaca que la sede romana sólo fue informada dos décadas después de los hechos en Estados Unidos. Y el secretario del prefecto, Tarcisio Bertone, se "hizo cargo del asunto", sostiene. Según el rotativo, en la Congregación también hubo dudas respecto a si era posible iniciar un proceso canónico décadas después. Bertone, un contemporáneo del Papa, es hoy en día la mano derecha de Benedicto XVI, como una especie de "jefe de gobierno".

Muchos apuntan asimismo al secretario del prefecto como artífice de la rehabilitación a comienzos de 2009 de la ultraconservadora Fraternidad de Pío X y del sacerdote Richard Williamson, que niega el Holocausto, un paso que dejó a la Iglesia en una situación crítica.

También Joaquín Navarro Valls, un reconocido ex antiguo portavoz del Vaticano, acusa al Times de "hipocresía" y "escenificación". Los arzobispos estadounidenses y las congregaciones de otros países, por su parte, cubrieron todos las espaldas a Benedicto XVI. "Es absurdo hablar de encubrimiento, se trata sólo de una cortina de humo", indicó monseñor Gianfranco Girotti, un antiguo empleado de Ratzinger y Bertone. "Esa no ha sido nunca -y digo 'nunca'- la política de la Congregación, y mucho menos la del cardenal Ratzinger".

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