TV-Comunicación

La TDT de todos los días se prepara para todos los cambios

  • El Gobierno negocia con las cadenas la desaparición de canales atendiendo a la sentencia del Supremo y el dividendo digital que reduce el espacio radioeléctrico

El apagón analógico se culminaba en abril de 2010 sin grandes trastornos técnicos y sin problemas sociales: la población se pertrechaba de decodificadores y antenas para que la TDT formara parte de nuestras vidas sin remisión. Con lo que no contaba el Gobierno de Rodríguez Zapatero con aquel salto en el televisor de casa es que se iba a convertir en una bomba de relojería que iba a estallar dos años después, cuando los tribunales tumbaban la designación directa de un múltiplex más para cada uno de los operadores nacionales que empezaban a funcionar en noviembre de 2005.

La empresa vasca Infraestructuras y Gestión 2002 (que no funciona como operador audiovisual ni nada parecido) reclamaba esta concesión sin concurso que en principio se lleva por delante a todos los canales que nacieron después del apagón. El Tribunal Supremo ratificó el dictamen y el Gobierno aún tiene que cumplir oficialmente esta decisión sin añadir enemigos mediáticos.

El pasado 31 de diciembre tenía que haberse culminado la otra tarea pendiente que nos afecta a todos: el dividendo digital, la liberación de espacio radioeléctrico (concesión ya abonada por las empresas de telefonía), con la contracción y posible desaparición de varios múltiplex.

El Ministerio de Industria ha dejado para estas semanas la solución del embrollo de la TDT, una franja por la que emiten 30 canales (nunca sospechó el espectador español que podía tener gratis tanta oferta) y que vive tiempos de replanteamientos en todas las vertientes, inclusive la mediática.

El Gobierno está negociando con los operadores los dos problemas. El dividendo digital, una decisión técnica que obliga a la desaparición de señales, puede permitir aliviar el varapalo de la sentencia, que lo obliga por la vía judicial. Los dos grandes grupos privados, gigantes surgidos tras las fusiones (y eso que la TDT se concebía como un espejo de pluralismo y multioferta), podrían ceder alguna cadena de forma proporcional para que la explotación comercial no se vea mermada. Los pequeños pueden aspirar a sobrevivir, cuando de por medio hay complicaciones añadidas como las señales arrendadas a Vocento que explotan Paramount Channel y MTV (que dejará la TDT el próximo día 7); Unedisa se quitaba un peso de encima con la desaparición de Marca TV.

Según la sentencia Atresmedia debería perder tres canales y Mediaset, dos. Esta última acaba de anunciar la reforma de La Siete (una nueva variación en su fórmula temática) y de Nueve. Podrían perderse canales en HD mientras que la posible gran afectada, RTVE, ha reforzado todas sus temáticas e incluso cuenta con dos canales en HD desde este año. Aún está todo por resolverse, aunque lo que quedó claro es que los ciudadanos no dispondrán de los 800 millones de euros previstos para la reatenización del dividendo digital.

Mientras, la TDT no ha sido ese abanico temático y complementario con que se ideó. Las redifusiones y reposiciones suelen primar en las parrillas de las cadenasy los canales pequeños como 13 TV o Intereconomía están al filo del precipicio. Ni siquiera como plataforma de pago, como demuestra Gol TV, la TDT ha sido un buen soporte.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios