Vivir el Corpus

Granada ya está de feria: en Corpus y alma

La portada del Corpus, recién iluminada

La portada del Corpus, recién iluminada / Antonio L. Juárez / Photographerssports

El sol dejó dejó de iluminar las crestas de Sierra Nevada y la oscuridad envolvió el Recinto Ferial. Bajo la luz de las farolas, los granadinos se agolpaban frente a la portada, que representa un año más la Puerta de los Granados, esperando el encendido del alumbrado que inaugura la feria del Corpus Christi de Granada 2024. A medianoche, Ana María Jiménez Boland, estudiante de Bellas Artes de 20 años que resultó ganadora en el sorteo de la mano inocente, pulsó el botón que activaba el alumbrado y prendió la magia. Granada ya está en feria. "No me lo esperaba, estoy un poco nerviosa, pero me han acogido muy bien. Tengo ganas de subir ya", decía antes de todo.

El acto de apertura, programado a las 23:00 horas, empezó con quince minutos de retraso. En la primera jornada el tiempo fue benévolo con los granadinos para dejar mostrar sus mejores galas en una jornada casi veraniega. La Banda Municipal de Música de Granada puso la música, Iván Centenillo la voz y el Grupo Municipal de Bailes Regionales, a golpe de castañuelas, los bailes. En conjunto interpretaron las sinfonías acompañadas de los aplausos del público. Los fuegos artificiales fueron los primeros en iluminar de colores el cielo de Granada para, a medianoche, encender todas las bombillas que circulan por las calles del Recinto Real y dar por comenzada, de una vez por todos, la ansiada feria.

El transporte público es el modo favorito para acceder al Ferial. En el metro, Luna, de 9 años, viste de flamenca y aguarda impaciente la llegada al Corpus mientras juega en equilibrio dentro del medio círculo que conecta los vagones cada vez que el tren gira. Delfina y Vicente, sus padres, vigilan atentamente a Luna, desesperada por no tener un lugar para sentarse junto a ellos. “¿Cuántas paradas quedan?”, pregunta, con la explicación inocente y educativa de sus progenitores: “Mira el mapa, cuando el punto esté en Jaén estamos ahí”.

Jaén es la parada donde los granadinos suben y bajan como si de un cercanías de una capital en hora punta se tratase. Y eso que la compañía ofrece servicio ininterrumpido durante el primer fin de semana, con una frecuencia de paso de 8,5 minutos por tren. Aun así, acceder al soporte donde se canjea el bono es prácticamente un deporte de riesgo, si logras entrar al vagón. Cuando el tren se detuvo en ‘Jaén’, Luna, de la mano de sus padres, bajó ilusionada con ganas de estrenar la ranita, su atracción favorita, esa que gira y salta constantemente no apta para personas que se mareen con facilidad.

Durante el tardeo los granadinos pasean por la feria para ver el ambiente antes de que caiga la noche y el bullicio. Gregorio Cárdenas, a sus 84 años, observa desde un banco apoyado en su bastón la calle La Zambra, la entrada principal del Corpus. Vecino de la feria: “Vivo aquí al lado y me he venido dando un paseo”. Dejó atrás los años donde “bailaba todo el rato, me encantaba”, porque la rodilla no se lo permite. Presume con una sonrisa de tener “cinco hijos como cinco claveles”, y espera al domingo porque tiene la comida del sindicato, quienes “hasta me han llamado para confirmar la asistencia, como si fuese famoso”, bromeaba.

Avanzando entre los árboles disfrazados de cerveza, farolillos rojos y blancos a ambos lados de la calle, el alumbrado esperaba a las once para ser iluminado. Unos pasos más adelante, David y Lucas, dos mellizos de 23 meses, paseaban arrastrando su rueda de bola por el suelo, custodiados por Vero e Isaac, sus padres, quienes completaban el outfit de la feria. Ella sostenía un algodón de azúcar, mientras él empujaba el carrito doble, que servía para apoyar los globos. Su atracción favorita, los caballitos y el gusano. Vero comentaba que “el primer día de feria podrían poner alguna oferta”, ya que para ellos el precio se multiplica por dos cada vez que Lucas y David quieren disfrutar de los columpios.

Al final de la calle principal, los amigos de María Jesús Guijarro la sorprendieron trayéndola a la feria de despedida de soltera. “La despertamos a las 8 de la mañana para que se maquillara y al principio no se lo tomó muy bien”, comentaba una amiga. Vestida de blanco, todas son cómplices con las bandas de ‘Despedida de soltera’, pero ella se diferencia entre las demás por ir vestida de blanco y portar diadema. María Jesús afirmaba que “esperaba más ambiente durante el tardeo”, pero una caseta les abrió las puertas para disfrutar de la música cuando llegaron a las cinco. A partir de ahí solo hubo tiempo para disfrutar de las amigas en su última noche de libertad, rodeada de buena música, buen ambiente y una jornada de feria que empezaba de la mejor manera. Ahora, a disfrutar durante una semana. En Corpus y alma.

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