Sucesos · Conmoción en la ciudad

Carteles por toda Córdoba

  • La familia materna de los dos menores desaparecidos recorre todas las calles de la capital para informar del suceso y buscar alguna pista sobre su paradero

La familia materna de los dos menores desaparecidos, afincada en Huelva, barrió ayer toda la ciudad en busca de algún indicio que les llevara hasta su paradero. A ninguno de ellos les pudo el cansancio acumulado tras una noche de vigilia para recorrer todos los rincones de una ciudad totalmente desconocida para ellos. Su objetivo principal era llenar con cientos de carteles todas las calles para que todos los cordobeses conocieran lo que había ocurrido y, sobre todo, para encontrar alguna pista que les condujese al reencuentro con sus pequeños.

En el rostro de Estanislao Ortiz, hermano de la madre, se reflejaba la desesperación del paso de las horas. "No sabemos nada de ellos y somos conscientes de que cada vez que el reloj marca una nueva hora la cosa se complica un poco más", decía con voz resignada. "Seguiremos pegando carteles por todos sitios hasta conocer algo más", remachó. Las fachadas de Cruz Conde, Las Tendillas, Colón, Ciudad Jardín o la avenida de Barcelona se llenaban poco a poco de folios blancos con las dos fotos de los menores, de dos y seis años, con un mensaje de alarma en el que recalcaban la descripción de los menores en el momento de su desaparición el sábado por la tarde en las inmediaciones del Parque Cruz Conde y un número de contacto. La familia incluso aprovechó el encuentro del Córdoba FC para informar a los aficionados a las puertas del estadio del Arcángel sobre lo sucedido. "Vamos a barrer la ciudad porque no podemos estar de brazos cruzados viendo cómo pasa el tiempo y nadie nos dice nada". Y es que cualquier señal, información o novedad puede ser crucial en el desarrollo de los acontecimientos.

Mientras tanto la madre de los niños, Ruth María Ortiz, tras prestar declaración, esperaba en alguna novedad en un local cercano a las inmediaciones de la comisaría de Campo Madre de Dios. Allí se encontraba respaldada por un buen grupo de familiares y amigos que no habían dudado en hacer un largo viaje desde Huelva, su ciudad natal, para apoyarla en estos duros momentos. Entre ellos se encontraba Esther Chaves, amiga íntima de la familia, quien aseguraba que la desesperación había llevado a Ruth a "momentos de auténtica locura" al no saber nada de sus hijos desde el pasado viernes, día en el que se marcharon de su casa situada en la capital onubense para pasar un fin de semana en Córdoba junto a su padre. "Ella nunca le puso pegas para que se viniera con los pequeños porque entendía que tenían que pasar tiempo con ella y tiempo con él", aseguró Esther.

Pero lo que nadie sabía era el rumbo que iba a tomar aquel viaje para los dos menores, de tan sólo dos y seis años. "Son unos niños muy introvertidos a los que les cuesta mucho entablar confianza con cualquier persona y que dudo que se hayan fiado de cualquiera", decía la portavoz de la familia.

Ahora la familia se encuentra en la búsqueda de cualquier hipótesis que les lleve por el camino correcto hacia sus pequeños. Pero lo complicado es llegar a ella. No obstante, según Esther, "nada nos parará hasta que consigamos volver a abrazarlos".

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