El Granada Atlético juvenil dejó escapar en la tarde de ayer una ocasión única para acercarse más que nunca a los puestos que dan derecho a jugar la Copa del Rey, tras caer en su feudo de La Chana ante su predecesor en la tabla, el Real Betis Balompié.

El partido tuvo un claro dominador y ese fue rojiverde. Los de Alberto González controlaron el duelo durante gran parte del mismo y pusieron más fútbol que el Betis. Eso fue el encuentro a nivel general, pero fueron dos jugadas aisladas las que marcaron el choque. Cuando el partido se jugaba de poder a poder, el conjunto bético se adelantó en el tanteador en una pared bien tirada por la banda derecha y que finalizó con un tiro cruzado de Alberto Martín que batió a Cañi (31'). Un golazo de tiralíneas que demostraba la enorme calidad de la escuela de fútbol de Heliópolis.

Tres minutos después, nuevo jarro de agua fría. Adrián transformó un más que dudoso penalti para sentenciar el partido.

El Atlético se vio, sin merecerlo, dos goles abajo. Alberto González se la jugó y adelantó su defensa en la segunda mitad y su equipo agobió a los de Ortega. Gallo acortó distancias a nueve minutos del final con un cabezazo en una de los innumerables acercamientos del Atlético. El bombardeo siguió pero el resultado se mantuvo.