Abel ha conseguido en dos partidos hacer del Granada CF un equipo atrevido, brioso, alegre y vertical, que busca los puntos con una propuesta futbolística muy aceptable y que ayer gustó mucho al público de Los Cármenes. El Granada se siente ahora capaz de tutear a cualquier equipo. Se diría que los futbolistas tienen más confianza y la sensación es que desde el banquillo se les da mucha más libertad. Es algo que agradecen los jugadores.

El rendimiento global fue muy alto y, aunque el Málaga gozó de opciones y dominó en varias fases del partido, también lo hizo el Granada, que no se amilanó cuando recibió el empate y buscó la victoria con fe. Destacaron varios futbolistas en todas las líneas, como Julio César, nuevamente los dos centrales, Martins o Ighalo. Por supuesto, también hay que hacer una mención especial a Mikel Rico, el verdadero pulmón de un equipo que parece hasta rejuvenecido. El suyo y el de Íñigo López son los mejores ejemplos para sus compañeros.