La victoria por 3-0 sobre Francia en el amistoso el pasado domingo le quitó un enorme peso de los hombros del seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari, y volvió a prender la luz de la esperanza en la hinchada que sueña con la conquista del hexacampeonato en el Mundial de Brasil 2014.

Al poner fin a una racha de 22 años sin victorias sobre los franceses y conquistar su primer triunfo en casi cuatro años frente a un equipo de punta del fútbol mundial, el amistoso de este domingo aumenta la confianza del equipo frente al debut en la Copa Confederaciones Brasil 2013, el sábado, ante Japón.

"La selección llega a la Copa Confederaciones más liviana", afirmó el comentarista Antero Greco, del diario O Estado de Sao Paulo, quien afirmó que la victoria en Porto Alegre fue buena "para la autoestima" del equipo, que enfrentaba crecientes presiones de la hinchada local por sus mediocres desempeños.

El efecto inmediato del 3-0 sobre los franceses fue el de revivir la esperanza de la torcida de que Scolari puede repetir ahora el éxito que tuvo en su primer mandato en el comando de Brasil, hace más de una década, cuando asumió a un equipo igualmente desacreditado y lo condujo a la conquista del pentacampeonato en el Mundial de Corea y Japón.

¿Podría Felipao repetir la hazaña en Brasil 2014 y quitar la espina que atora la garganta de la hinchada del país del fútbol desde hace 63 años, cuando la seleçao perdió ante Uruguay la final de su primer Mundial, en el partido que pasó a la historia como el maracanazo?

El comentarista Paulo Calçade cree que el 3-0 sobre Francia otorgó un importante impulso para poner en marcha la estrategia utilizada en Corea y Japón: "Sólo victorias como esta podrán ayudar a Felipao a ser Felipao".

Sin embargo, algunos analistas apuntan que el éxito ante los franceses no oculta el hecho de que, a diferencia de 2002, el Brasi de hoy no tiene a un conjunto de grandes astros, salvo el delantero Neymar, recién fichado por el Barcelona por 57 millones de euros. Daniel Alves, del Barcelona, admitió que la nueva "familia Scolari" es un equipo "en formación", que todavía busca "su mejor versión".