La 'táctica de Colombo' que Lucas Alcaraz anunció en la rueda de prensa previa al choque ante el Zaragoza la puso en práctica el entrenador granadino con el once que puso en liza en La Romareda. Muchas eran las especulaciones sobre la alineación ante el cuadro de Manolo Jiménez, pero en casi ninguna aparecía que Diego Buonanotte viera de inicio el choque desde el banquillo, como así fue. Un plan B que tenía muy claro su objetivo: tratar de mantener la puerta a cero y dar entrada al menudo jugador para cambiar, gracias a su chispa, la dinámica del juego ofensivo de los rojiblancos. Las ocasiones no llegaron para llevarse el partido pero al menos se sumó un punto. Alcaraz salió satisfecho con el punto conseguido pero se perdió una buena oportunidad para vivir tranquilos hasta abril con un poco más de ambición.

La ausencia obligada de Carlos Aranda obligaba a hacer al menos un cambio en el once, aunque el míster sorprendió al modificar su habitual equipo dando entrada no sólo a El Arabi, sino a Torje y Nyom. No obstante, el sistema y la forma de jugar no cambió nada, dos líneas de cuatro y el internacional marroquí formando pareja de ataque con Ighalo.

Peligrosos

El arranque del choque permitió ver a un Granada CF con las ideas muy claras y saliendo a la contra, sobre todo por el flanco diestro de Gabriel Torje, que dio mucha profundidad aprovechando los espacios que Abraham dejaba a su espalda. A balón parado, cada vez que Nolito ejecutó una jugada de estrategia se atisbaba peligro gracias a la calidad en el golpeo del gaditano, que lo saca todo y casi siempre muy cerrado generando dudas en la zaga maña. Pero tampoco se crearon demasiadas ocasiones de gol. Fue un espejismo porque Leo Franco apenas tuvo que emplearse a fondo en todo el choque.

Demasiados errores

El orden táctico en la medular es un rasgo característico desde la llegada de Alcaraz al banquillo. Pero la pareja de medios centros habitual formada por Mikel Rico y Recio en ocasiones tienen lagunas en su concentración y se complican en exceso por arriesgar en una zona donde un robo de balón puede ser mortal. Ayer sucedió en varias ocasiones pero afortunadamente el cuadro de Manolo Jiménez no supo aprovecharlas. Al malagueño le cuesta imponer su personalidad sobre el verde y se centra más en destruir que en construir, algo para lo que ya hay otros efectivos en el banquillo.

En largo

Sin posibilidad de jugar enlazando desde atrás, el único recurso que les quedó a los rojiblancos fue los envíos en largo tanto de Íñigo López como de Diego Mainz. El objetivo era Youssef El Arabi, que quiso hacer el trabajo de Aranda de espaldas a portería aunque sin caer tanto a banda como el paleño. Pero tanto Álvaro González como Pintér le ganaron casi siempre la partida.

Sin ritmo

Pese a que el Real Zaragoza se jugaba mucho y durante la semana calificaron el choque como una final, el ritmo que impuso al choque no fue precisamente el de un duelo de necesidad. Dicha apatía se trasladó al Granada CF, que se conformaba con mantener la portería a cero pero que al menos con Buonanotte sobre el campo quiso llegar más a base de asociaciones con el argentino.

Plan B

La ausencia de Buonanotte tenía su explicación. Sin el ex del Málaga sobre el campo, el objetivo era aguantar el resultado y tratar de dar un golpe de efecto con su movilidad y dinamismo. El plan A se consiguió pero no el B. Lo que nunca se sabrá es si con el '12' rojiblanco sobre el césped de La Romareda desde el inicio el choque pudo ser muy distinto.