Novato y estrella al mismo tiempo. Ésa es la aparente contradicción con la que Sebastien Loeb debuta hoy en la carrera más dura del mundo, el Dakar.

Nueve veces campeón mundial de rally, el francés, de 41 años, tendrá como copiloto a Daniel Elena. "Es mi primer Dakar, por eso no estoy demasiado confiado. Soy consciente de que Daniel y yo empezamos de cero", admitió el galo.

Palabras humildes para uno de los mejores pilotos de la historia, ganador de 78 pruebas. El legendario Rally de Montecarlo, por ejemplo, se lo llevó en siete ocasiones de las diez en las que compitió. ¿Y ahora? "Estamos aquí para aprender todo lo posible, por eso no me pongo mucha presión", cuenta.

En cuanto Loeb acelere hoy en la primera etapa desde Buenos Aires a Villa Carlos Paz, los ojos de todos se posarán sobre él. "Estoy seguro de que Sebastien es uno de los favoritos", aseguró uno de sus colegas de equipo en Peugeot, Carlos Sainz. "Sí, es su primera vez, pero es capaz de adaptarse rápido a todo tipo de carreras y eso lo pone entre los favoritos".

El español habla por experiencia propia, pues fue dos veces campeón mundial de rally y ganó el Dakar en 2010. A sus 53 años, pertenece de nuevo al lujoso equipo de Peugeot, con Loeb, Cyril Depres y Stephane Peterhansel, quien tiene el récord de victorias en el Dakar, si bien no presume del eficaz rendimiento del que gozó antaño.

La marca francesa regresó en 2015 tras 25 años de ausencia a la prueba más dura del mundo. "Peugeot aún no está para ganar el Dakar, se necesitan muchos años. Es un buen equipo pero es un equipo nuevo", advirtió por su parte el defensor del título, Nasser Al Attiyah.

El qatarí se preparó para la carrera con una victoria en el prestigioso Rally de Marruecos. Loeb también usó el mismo escenario para la puesta a punto, aunque sin acercarse a los puestos de cabeza.

"Tomaremos todo como venga, no trataremos de forzar nada y nos limitaremos a ver cómo va todo. Pero es muy divertido probar algo nuevo", dijo el francés, debutante y estrella al mismo tiempo en un exigente escenario que penaliza cualquier error.