Fue un partido raro y bien diferenciada de una parte a otra. El Granada CF hizo lo más difícil y mostró hechuras de buen equipo cuando le tocó montar sus acciones de ataque. Subidas muy peligrosas de Martins, Mikel Rico, Uche y Nyom llevaron la zozobra hasta los aficionados locales del Reyno de Navarra. El portugués ya mandó un balón al larguero al principio y después tanto él como Uche pusieron en muchos aprietos a Andrés Fernández, el buen guardameta del Osasuna. El equipo de Abel Resino disparó más del doble de veces que su rival entre los tres palos, pero sólo valió para que llegara un gol, el de Mikel Rico desde fuera del área.

El problema para que los registros no se correspondieran con el marcador fueron las lagunas defensivas. El primer disparo entre los tres palos del conjunto navarro acabó dentro de la portería de Roberto. No se defendió como es debido una acción a balón parado y se regaló el tanto a los locales. Los centrales no estuvieron atentos para impedir un remate por arriba y se dio toda la ventaja al Osasuna. Lo peor es que se volvió a errar en el segundo lanzamiento a portería de los locales. Un envío desde la derecha fue despejado con torpeza por Nyom hacia el centro del área y el remate no se hizo esperar. Máxima eficacia para el Osasuna, que había logrado ya dos tantos las dos veces que tiró entre los tres palos.

Pisó más veces el área el equipo comandado por Mendilíbar, fruto de su presión, aunque en realidad tampoco es que llevaran tanto peligro. Disparó más veces el Granada CF y la gran diferencia es que lo dobló en lanzamientos entre los tres palos. Con sólo tres disparos acabó el Osasuna en la primera mitad y sin embargo, dos los convirtió en gol. El cuadro rojiblanco lanzó hasta ocho veces y sólo fue capaz de anotar un tanto. Ésa fue la gran diferencia entre uno y otro en esa primera mitad.

Distinto fue tras el descanso. El Granada CF se embarulló en su juego al no estar sobre el campo Carlos Martins en la segunda mitad. Llama la atención que no hiciera ni un sólo disparo entre los tres palos en toda la segunda mitad. Los cuatro lanzamientos que tuvo no encontraron portería. Tan sólo tuvo dos llegadas al área por cinco del Osasuna en ese periodo. Lo cierto es que los locales tampoco se mostraron finos para lanzar a portería. Sólo lo hicieron en una oportunidad durante la segunda mitad.

Más tuvo que intervenir Roberto que Andrés Fernández a lo largo del encuentro. Fueron diez veces las que se vio obligado a hacerlo el guardameta gallego, si bien muchas de eses veces fueron por cesiones comprometidas de sus compañeros. Roberto tampoco estuvo fino y falló en los despejes en determinados momentos. Andrés Fernández sí que tuvo trabajo en la primera parte. Estuvo felino para abortar los remates hacia su portería de los jugadores del Granada CF. En una acción tuvo que rechazar por dos veces consecutivas.

Con más faltas acabaron los locales el partido. Cometieron diecisiete en total a lo largo del partido. Presionaron con mucha intensidad tanto en la primera parte como en la segunda, tratando de interrumpir el juego del equipo de Abel Resino. Por su parte, el Granada CF acabó con sólo nueve infracciones, de las cuales sólo tres fueron durante la segunda parte.