Liga bbva

El conjuro de Abel Resino (2-1)

  • Un gol 'sin querer' de Bermejo derrota al Granada en un choque en el que es superior que su rival, que estrenaba técnico Se pierde una ocasión para alejarse de los puestos de descenso.

El Celta devolvió la misma moneda con la que fue pagado en la primera vuelta. Si en Los Cármenes perdió un choque que mereció ganar, ayer se llevó los tres puntos ante un Granada que jugó más y mejor. Los de Lucas Alcaraz no tuvieron suerte, que favoreció en demasía a los de Abel Resino. El técnico contó con la colaboración de las meigas para comenzar con buen pie su presencia en el banquillo del cuadro vigués.La derrota impide al Granada poner tierra de por medio con los puestos de descenso. De haber ganado, la frontera hubiera quedado a nueve puntos. La realidad es que ahora está escasamente a tres.

Se adelantaron los gallegos en el primer tiempo y respondió inmediatamente el Granada. En la segunda mitad, la iniciativa fue de los visitantes casi en su totalidad, pero los de Alcaraz no supieron sentenciar y fueron castigados con crueldad. En la jugada del triunfo del Celta se produjeron varias acciones sin aparente intención que deviraron en un remate que en condiciones normales hubiera llevado el balón al limbo en vez de al fondo de la red de la portería de un estupefacto Toño.Alcaraz no movió ninguna pieza en el once titular que ha repetido en los cuatro partidos que ha dirigido al Granada. En el bando contrario, el sello de Resino se puso de manifiesto nada más comenzar el choque. El Celta salió a morder. A los dos minutos Orellana estuvo en un tris de hacer lo que no hizo en el Granada: meter un gol. El chileno controló bien dentro del área, pero tras revolverse no estuvo fino en el chut.

Sobrepasados los cinco minutos apareció en escena Toño. Y por partida doble. El alicantino dio muestras de sus reflejos y agilidad para desbaratar dos remates de Augusto. Poco después cortó por lo sano un pase de la muerte de un Orellana que salió demasiado motivado. Luego, se diluyó.El Granada tardó diez minutos en dar señales de vida en el campo rival. En una buena jugada colectiva, Ighalo no llegó por poco a un pase de Aranda. A esas alturas del encuentro los rojiblancos habían calmado los ímpetus iniciales de los gallegos.

Poco después, los de Alcaraz dieron otro paso al frente. Sin llegar claramente a la portería defendida por Javi Varas, manejaban el choque más y mejor que sus anfitriones. No obstante, en una de las escasas presencias del Celta en ataque, un balón rebotado se le quedó franco a Iago Aspas, que resolvió con calidad al levantar el esférico por encima de Toño y enviarlo al fondo de la red. El gol fue un jarro de agua fría, pues llegó cuando más asentado sobre el terreno estaba el cuadro granadinista (24').Respondieron los visitantes casi de forma inmediata. Sólo cuatro minutos después. Un buen balón al área mandado por Nyom desde su banda le llegó a media altura a Ighalo, que enganchó una formidable volea que dobló las manos a Javi Varas. Un golazo. Y fue en primer tiro entre los tres palos por parte del Granada.

Pudo adelantarse el cuadro granadino en una jugada semejante, cuando Torje peinó sin puntería otro gran centro de Nyom (36'). Era el tramo final de la primera mitad, en que los rojiblancos amagaron con echarse hacia adelante, pero finalmente ocurrió lo contrario. Fue el Celta el que encerró a su invitado en su campo, aunque sin ninguna ocasión clara que llevarse a la boca antes del descanso.Nada más reanudarse el choque fue Nyom el que se erigió en protagonista. La retaguardia granadina fue pillada a contrapié en un balón en profundidad que le llegó a Álex López. El celtiña parecía que se iba a plantar solo delante de Toño cuando el lateral, tras una inmenso sprint, se interpuso para mandar al traste cualquier opción local.

Después del susto, los de Alcaraz volvieron a mostrarse mejor colocados y con 'peores' intenciones, aunque el balón iba con demasiada rapidez de un lado a otro del campo. Al cuarto de hora la tuvo Ighalo. El nigeriano enganchó un zapatazo con el que envió el balón al larguero.Ante un panorama adverso, Abel optó por mover su banquillo con el objeto de dar más profundidad y sentido al juego ofensivo de los suyos. El primer damnificado, el ex del Granada Orellana, que sigue siendo una sombra de lo que algún día se supuso que fue. Ayer no dio muestras de que le haya sentado bien el cambio de aires.

Según avanzó el minutero los locales empezaron a dar muestras de ansiedad. Los granadinistas, por el contrario, pasaron a controlar el choque con un juego cargado se sentido. La lástima fue que no se concretó ese último pase en situaciones de ventaja para haber llevado un peligro cierto sobre el marco de Javi Varas.Pero el fútbol tiene esas cosas que hacen de él un deporte imprevisible. En una jugada aislada, un balón peinado a duras penas por Iago Aspas le llegó a Bermejo, que remató tan malamente que el esférico le fue al otro pie y de ahí, al fondo de la portería de Toño (80'). El celtiña aún se está preguntando cómo pudo marcar ese gol.

Aranda tuvo en sus botas cortar de raíz la alegría local, pero su vaselina se fue alto por muy poco. En un loco tramo final pudo haber marcado cualquiera, sobre todo los de Resino, que no supieron aprovechar varios contragolpes que pudieron ser letales.La derrota deja demasiado cerca los puestos del descenso. Por lo menos, no se perdió el gol average.

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