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Un foco de luz en la oscuridad del equipo

  • El centrocampista esloveno es el mejor en un partido para olvidar Es el único que juega con criterio

Dentro del suspenso general de prácticamente toda la plantilla, uno de los pocos jugadores que se puede salvar es Rene Krhin. El esloveno trajo en jaque a todo el centro del campo del Real Madrid, pero ayer no pudo arreglar el desastre de su equipo. El centrocampista fue el único foco del equipo que transmitió algo de luz sobre la oscuridad de Los Cármenes.

Krhin con un poco menos de pelo y con una camiseta azulgrana bien podría confundirse con Sergio Busquets. El ex del Córdoba dotó de sentido común y criterio al centro del campo del Granada, pero los demás no acompañaron y dejaron al rojiblanco sólo en la batalla ante la Real Sociedad. Rara fue la ocasión en la que Krhin le dio más de dos toques al balón. Control y pase fueron los principales métodos de juego empleados por el centrocampista, que también fue un apagafuegos. El esloveno no pudo evitar ninguno de los tres goles que encajó su equipo, pero sí que se mostró efectivo en la recuperación de balones.

Los dos toques que Krhin le dio a la pelota cada vez que la tuvo en sus pies le sirvieron para no perder ningún balón en toda la primera parte. Además, recuperó seis balones antes del descanso y vio una amarilla al detener un peligroso contraataque de la Real Sociedad.

Lejos de venirse abajo ante la inoperancia de sus compañeros, el recital de Rene Krhin aumentó en la segunda mitad. El esloveno siguió apagando cada conato de fuego que asomó por Los Cármenes. Además, fue de los jugadores que más participaron en el juego, ya que acabó el encuentro con más de veinte pases acertados y sólo dos fallados.

No se le puede pedir más a un jugador que ni siquiera empezó la temporada como titular. A base de trabajo y sacrificio se hizo con un puesto en el equipo titular. Y no sólo eso, sino que se ha convertido en el mejor jugador del Granada en los últimos encuentros. Lo único que le falta es asumir responsabilidad en ataque ante la falta de profundidad, aunque su principal cometido no es ese. Los silbidos finales del respetable que acudió a Los Cármenes fueron totalmente merecidos para todos los jugadores, excepto para Krhin, que salvó a su equipo de una goleada mayor.

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