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Un regreso oscuro y poco fructífero

  • El centrocampista catalán juega sus primeros minutos de la temporada · Ve una tarjeta amarilla en el 23 de juego y es cambiado en el descanso por Flores

Fue la sorpresa de la convocatoria y más aún del once inicial. Tras tres jornadas sin ni siquiera vestirse de corto, Moisés Hurtado volvió a disputar minutos con la elástica rojiblanca y lo cierto es que lo hizo sin pena ni gloria. El escolta de Mikel Rico y Brahimi en la medular, tan sólo jugó 45 minutos. En ellos trató de dotar al equipo de Anquela de equilibrio, siendo su función la de mantener la estructura defensiva cuando se salía a la contra algo que sucedió poco y sobre todo presionar a Barkero.

La entrada en la convocatoria en detrimento de Diakhaté hacía presagiar que Lucena o el de Badía se disputarían el puesto de Iriney Santos, sancionado con un partido por su expulsión ante el Real Zaragoza. Incluso en la última sesión de entrenamiento del pasado sábado probó con él como titular pero aún así resultó novedosa su entrada en el once. Sobre todo porque no jugaba un partido oficial desde el 5 de mayo, cuando el Granada CF recibió en la temporada pasada al Real Madrid. Incluso estuvo a punto de quedarse sin ficha y su bagaje hasta la fecha en Liga se centraba en cinco convocatorias pero si llegar a pisar el verde. Hasta ayer.

Pero no comenzó mal el choque. De hecho, estuvo más participativo que en varios encuentros del curso anterior. A los tres minutos ya tocó su primer balón pero sin complicarse mucho, casi siempre en horizontal y buscando las bandas.

No obstante, su labor era mucho más oscura. Ante las dudas de la pareja de centrales formada por Íñigo López y Borja Gómez, trató de incrustarse en el centro de la zaga para contrarrestar las entradas desde segunda línea de hombres como Barkero o Juanlu, y sobre todo minimizar en algo la movilidad de Martins. De hecho, en el minuto 38 tras un centro lateral de El Zhar trató de ayudar a los dos centrales pero la velocidad del nigeriano fue infinitamente superior a la del catalán que ni lo vio, aunque la jugada no pasó a mayores.

Su partido estuvo muy condicionado por la cartulina amarilla que vio en el minuto 23 tras frenar una de las múltiples contras de los locales. Su agarrón sobre Barkero no pasó desapercibido para Iglesias Villanueva, que aunque en un primer momento dejó seguir la jugada, no se la perdonó. Fue la excusa perfecta para Anquela, que por detrás en el marcador, optó por retirarlo en el descanso para dar entrada a Floro Flores. La anécdota de su debut esta temporada fue el pelotazo que recibió en el estómago que lo dejó sin respiración, lo que obligó al cuerpo médico rojiblanco a asistirle sobre el terreno de juego.

Desde luego no fue su mejor partido en un regreso oscuro tras casi seis meses sin jugar un partido oficial.

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