En la última entrega del pactómetro dedicada a la izquierda que encarna Podemos-IU se ponía en cuestión la duda de si el poder desgasta o, por el contrario, lo que hace trizas a un partido es no catar el gobierno en ningún momento. Que se lo pregunten a Paco Cuenca, quien tras dos pinchazos en las urnas en 2011 y 2015, se dio de bruces con la Alcaldía al año siguiente de su segunda derrota.

Una recompensa para el político que sabe aguantar y esperar pacientemente su momento, aunque sea algo inesperado. Pero que duda cabe que estos tres años al frente del Ayuntamiento son el mejor aval del candidato socialista para confiar en que la noche del 26 de mayo puede sacar un mejor resultado que en sus dos anteriores 'encuestas reales de las urnas' cuando se tuvo que conformar con ocho concejales.

Paco Cuenca y sus siete compañeros de travesía que, a la postre, tuvieron que ponerse el mono de equipo de gobierno y llevar las riendas de la ciudad desde mayo de 2016. Una etapa en el que el alcalde ha tenido que buscar su particular equilibrio para tomar decisiones en el Ayuntamiento sin quemarse mucho de cara a su revalida en las urnas, pero a la vez intentando dar cierto efecto a esas medidas con el objetivo de amortizarlas en el día de la verdad, que en esta ocasión tendrá lugar el próximo 26 de mayo.

Y es que a Paco Cuenca no le vale ya el mismo resultado que en las anteriores elecciones. El equipo de campaña del PSOE es consciente de que con ocho no basta para seguir mandando del Ayuntamiento, ya que Ciudadanos desde el otro bloque no está dispuesto a dar su apoyo y inverosímil que Podemos-IU supere los cuatro concejales si es que llega a esta cota.

Es decir, que a los socialistas no les valdrá lo que sea estar por debajo de la barrera de diez concejales, pudiendo incluso quedarse sin opciones con este número. A Paco Cuenca ya le gustaría que su candidatura diera el estirón hasta como mínimo los once sumando un edil por cada año que ha tenido en sus manos el bastón de mando pero, con un panorama tan dividido y con un electorado mayoritariamente de derechas, suena bastante complicado.

El alcalde llama a la movilización contra un escenario de "parálisis" y de "confrontación"

Si que se puede esperar un cierto crecimiento sostenido del PSOE basado en el empuje que da haber estado en la primera línea de acción durante estos últimos años y en el resurgir del socialismo ratificado en las pasadas elecciones generales. Esta ola positiva es a la que intentará subirse Paco Cuenca, un candidato al que a priori le viene bien movilizar al electorado como ya consiguió Pedro Sánchez y que puede pescar una serie de apoyos en lo que se denomina voto del miedo o en contra de algún partido.

Así, en esta última semana que ya enfilamos de campaña, seguro que ya empiezan a surgir este tipo de mensajes de los candidatos. De hecho, la jornada de ayer ya se pudo calificar como la del pistoletazo de salida de la campaña dura con los candidatos empezando a hacer sus primeras declaraciones de intenciones y buscando las cosquillas a los rivales.

Sobre posibles pactos, en un hipotético escenario similar al derivado de las pasadas autonómicas, después del 26-M, se pronunció ayer precisamente el alcalde y candidato a la reelección por el PSOE, Paco Cuenca. En concreto, hizo un "llamamiento" para que los electores se planteen si la ciudad debe "volver a atrás, en ese escenario de confrontación" y "parálisis", que según indicó caracterizaron los "13 años del Partido Popular" en el Ayuntamiento, o "seguir avanzando".

Preguntado por un hipotético pacto de Cs, PP y Vox, Cuenca señaló que "ya lo han hecho", refiriéndose al "ejemplo de Andalucía", en cuyo ámbito no tuvieron "ninguna duda". En este sentido, Cuenca apuntó que "si el PP suma con la ultraderecha lo van a hacer", por lo cual ha apostado por un gobierno local que mire "por los intereses de los granadinos y no de cuatro particulares".