Entrevista Festival de Música y Danza de Granada

Antonio Najarro: "No se puede amar lo que no se conoce"

Antonio Najarrro: "No se puede amar lo que no se conoce"

Antonio Najarrro: "No se puede amar lo que no se conoce" / Archivo (Granada)

Antonio Najarro es un habitual de las noches alhambreñas. Son muchas las veces que danzado en el escenario del Generalife primero como bailarín del Ballet Nacional de España (BNE), del que entró a formar parte en 1997 y que dirigió desde 2011 hasta 2019, y después con su propia compañía. Graduado con matrícula de honor en el Conservatorio Profesional de Danza Mariemma de Madrid, volvió a dejarse la piel en esta nueva etapa al frente de lo que el considera "un gran familia". Acostumbrado a desarrollar varios proyectos a la vez, casi a la vez que puso en marcha su compañía inició el programa Un país en danza en Televisión Española. Un hito más en la trayectoria de este multipremiado artista siempre entregado a las labores de creación pero también de difusión artística. Este sábado llega a Granada con Querencia, un ballet que logró nada menos que siete nominaciones a los Premios Max. 

Espectáculo

Querencia propone un viaje a través de la belleza interpretativa y estética de la escuela bolera, la danza estilizada, la danza tradicional y el flamenco. Najarro afronta su sexta producción con el deseo de revisitar sus orígenes, de recuperar y ensalzar la inspiración del lenguaje de los grandes ballets coreográficos que en su día hicieron grandes a figuras como Antonio Ruiz Soler y Mariemma, entre otros. El artista madrileño vuelve a la esencia con este espectáculo, siempre con un lenguaje vanguardista y con el toque personal que da a sus creaciones.

Esa es la principal diferencia entre este espectáculo y otro que pudo disfrutarse en ese mismo escenario cuando Najarro estaba aún al frente del Ballet Nacional de España. Porque Querencia es para su creador "una declaración de intenciones" que "presentar la danza española en todos sus estilos y con toda la excelencia" pero presentada "de una manera muy actualizada", aunque siempre respetando y sintiendo totalmente los orígenes de esa tradición que es la base del espectáculo" a diferencia de otros que ha presentado con el Ballet Nacional.  

Una actualización que llega desde múltiples aspectos, porque en este viaje del que podrá disfrutarse la noche del sábado todo suma desde la indumentaria a todos los complementos que acompañan la interpretación de estos estilos, como el sombrero cordobés, el mantón de manila, la capa española, la bata de cola y el instrumento que más caracteriza a Najarro, las castañuelas. Todos  de mano unos "hiperversátiles" intérpretes según la definición de su director, que sólo tienen palabras de elogio para su cuerpo de baile, uno de los más extensos de una compañía privada: 16 bailarines en escena para afrontar un espectáculo compuesto por 11 cuadros. 

Música

Najarro afronta su sexta producción con el deseo de revisitar sus orígenes, de recuperar y ensalzar la inspiración del lenguaje de los grandes ballets coreográficos que en su día hicieron grandes a figuras como Antonio Ruiz Soler y Mariemma. Y como soporte musical de esta gran producción, un encargo de Najarro de  música original para orquesta sinfónica. El pianista Moisés Sánchez firma una composición que fue grabada por la Orquesta de Extremadura. Una creación en la que tienen protagonismo los tiempos boleros, ritmos flamencos y melodías que hacen referencia a creaciones de repertorio de grandes compositores como Falla, Turina, Granados, Albéniz... pero con una visión y sonidos totalmente actuales.

Vestuario

El vestuario es otro de los puntos fuertes del espectáculo. Su diseño ha sido encargado a Yaiza Pinillos, una de las diseñadoras especializadas con mayor proyección en esta materia. Está inspirado en el diseño tradicional de la Danza Española, pero también actualizado, utilizando tejidos y tratamientos nuevos, volúmenes y cortes que conjugan la tradición con el vanguardismo, consiguiendo que cada pieza sea una joya representativa de la evolución en la vestimenta que acompaña.

Con estos mimbres, el coreógrafo ha logrado crear un montaje que llegará a todo tipo de públicos: "Desde los más entendidos a un público joven que se acerca por primera vez a la danza". Todo forma parte de esa idea que ha presidido toda la trayectoria de Najarro: divulgar las excelencias de la danza española. "Me considero un embajador. Hay que darle visibilidad y desarrollar programas pedagógicos para que los niños la conozcan. Es de los patrimonios culturales más importantes que tenemos y hay que llevarlo a todos los ámbitos: a la moda española; al deporte, como hago con la natación sincronizada o con el patinaje artístico sobre hielo... Cuando empecé con Un país en danza ya llevaba mucho tiempo pidiendo a Televisión Española un programa en serio en el que se viera la situación actual, el papel de los coreógrafos, los oficios vinculados que rodean a la producción de cada espectáculo, la gran calidad que tiene... Hace falta comunicación. Al igual que hay programas de cine o de música tiene que haber este tipo de propuestas para que se vea la realidad de nuestra danza. No se pude amar lo que no se conoce"

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