Sin duda, si Manuel de Falla viviera, habría escogido como lugar ideal para la representación del ballet de El sombrero de tres picos los jardines del Generalife de la Alhambra. Tal como ocurrió hace cien años en su estreno no podrá verla representada, pues su madre moría en Madrid, pero la inercia natural, es decir la imposibilidad que tienen los cuerpos de modificar por sí mismos la trayectoria en la que se encuentran, ha querido que el próximo 6 de julio una de sus grandes obras se represente en la ciudad que tanto quiso, en el enclave que tanto le inspiró.

La Compañía Nacional del Danza con la colaboración de Lorca Massine (hijo del coreógrafo Leónide Massine que ya se encargó de diseñar el baile en 1919) llevarán al Generalife El sombrero de tres picos, una adaptación a danza de la novela de Pedro Antonio de Alarcón. El actual director de la Compañía Nacional de Danza, José Carlos Martínez (el cual será sustituido en septiembre por el bailarín Joaquín de Luz) ha destacado que es un placer estar con la compañía en Granada y le ha dado las gracias al director del Festival de Música y Danza de la ciudad por insistir en llevar a cabo el montaje.

Lorca Massine (coreógrafo), Ion Agirretxe (Molinero) y Aída Badía (Molinera).

"Es el cuarenta aniversario de la compañía, teníamos muchas giras y la programación muy avanzada. Ha sido un poco encaje de bolillos coordinar la fechas de Lorca y del espectáculo aquí, pero ha merecido ampliamente la pena", señala Martínez durante la presentación que además ha añadido que, además de el Sombrero de tres picos, el programa se completa con Sonatas, (del propio Martínez) y Por vos muero, del exdirector Nacho Duato.

El responsable de la coreografía, Lorca Massine (no se llama Lorca por casualidad), ha explicado a los medios de comunicación que el proceso creativo del espectáculo ha sido como construir una catedral piedra a piedra y ha añadido que ha tenido el placer de trasmitir lo que le trasmitió su padre. "Es la realización de la poética de la simultaneidad, todas la artes hermanas se complementan la una a la otra, aunque no sean parecidas".

Por su lado, la bailarina que tendrá el rol de la molinera (la señá Frasquita en la novela de Alarcón) Aída Badía ha señalado durante su intervención que como "amante de la profesión y de la danza, es un honor que nosotros formemos parte de la historia, que esto se vuelva a repetir cien años después demuestra que la historia es cíclica. Este personaje, para mí, llega en un momento en el que me siento más mujer y creo que puedo aportar algo de mi personalidad. Para mí esta oportunidad es muy enriquecedora, me siento afortunada. El Sombrero de tres picos es una joya".

El director de la Compañía Nacional de Danza, José Carlos Martínez, junto al director del Festival de Música y Danza, Pablo Heras-Casado.

Por otro lado, Acción Cultural Española (AC/E), cuyo representante,  Eduardo Fernández ha estado presente durante la presentación también ha apoyado la conmemoración del centenario del estreno del ballet El sombrero de tres picos que ha organizado el Festival Internacional de Música y Danza de Granada y la Fundación Archivo Manuel de Falla. 

En torno a este centenario la Fundación Archivo Falla, cuya gerente, Elena García de Paredes también ha estado presente, celebra estos días un congreso internacional bajo el título Repensar El sombrero de tres picos. Cien años después en el Palacio de la Madraza. El encuentro multidisciplinar aborda las aportaciones de la espléndida obra a la música, la danza, la literatura y las artes visuales. Como otra de las actividades enmarcadas dentro de esta efeméride, el Palacio de Carlos V de la Alhambra, además,  acoge la exposición El sombrero de tres picos (1919-1920). Un singular proceso creativo.

Se cumplen cien años de una efeméride que conjuga mucho talento: en el Teatro Alhambra de Londres se estrenaba El sombrero de tres picos. La música era compuesta por Manuel de Falla, íntimamente ligado a Alhambra, el libreto literario pertenecía al genio de la escritora María Lejárraga, basado en el libro homónimo de Pedro Antonio de Alarcón, los diseños y escenografía surgieron de la mente de Pablo Picasso y la coreografía era creación de Léonide Massine.