Granada ha vivido hoy una celebración del 12 de octubre atípica. Íntima y con la mirada puesta en las medidas que se tomarán mañana por parte de la Junta para controlar la pandemia en la ciudad, no ha sido jornada de desfile militar ni del colorido de los trajes del desfile del mestizaje. Sólo un acto oficial y una ofrenda floral han sido el signo de este Día del Pilar, que Granada ha adaptado a la crisis sanitaria del coronavirus.

Por la mañana, el alcalde de la ciudad, Luis Salvador, junto al concejal de Seguridad y portavoz del PP, César Díaz, han acudido a la Capilla Real. La Iglesia granadina ha mantenido la misa tradicional a las 10:30, presidida por el arzobispo de Granada, Javier Martínez. En la Capilla Real, donde este día se tremolaba el Pendón (Estandarte Real de los Reyes Católicos), sólo ha habido en esta ocasión la ofrenda ante las tumbas de los Reyes Católicos con sólo cuatro asistentes.

Después, a las doce, la cita era en el monumento a Isabel la Católica, donde el alcalde y un representante de cada partido con representación municipal (los portavoces César Díaz del PP, Manuel Olivares de Cs, Paco Cuenca del PSOE y la concejal Mónica Rodríguez de Vox), menos Podemos-IU, han depositado una corona en el monumento, donde se habían colocado las banderas que lo decoran cada año.

Sin desfile militar y sin desfile del mestizaje, la jornada ha continuado con el único signo festivo de la gente que ha llenado sus calles durante todo el Puente, donde se consiguieron reservas de última hora que han ayudado al sector hostelero de la ciudad.