Agricultura

Granada Hoy se sube a las tractorada con Lucía Sierra: "Es imposible asumir lo que nos están pidiendo"

Lucía Sierra, agricultora de Granada, durante la tractorada

La hija de un agricultor de la Vega de Granada, Lucía Sierra, ha conducido el tractor de su padre en la manifestación del campo celebrada este Viernes de Dolores por la capital. Ella ayuda siempre que puede a su padre en las labores agrarias, y sabe de primera mano como está sufriendo el sector primario en la actualidad. Durante la marcha ha contado a Granada Hoy desde dentro de la cabina del vehículo cuál es la situación que vive en primera persona cada vez que tiene que ayudar a su familia en el campo.

Preguntada sobre el relevo generacional y por el futuro de la agricultura, Sierra asegura que no sabe cómo seguirá el sector si las condiciones precarias se alargan en el tiempo. "Ahora mismo está imposible asumir todo lo que nos están pidiendo en las leyes. Hay que buscar la forma para que el campo siga siendo rentable. Porque si no no sé quién lo va a llevar, y sin el campo no podemos comer".

Andando a su par iba su padre, José Sierra, a quien le salía la sonrisa de orgullo viendo a su hija hablar para este periódico. Una mujer joven criada en el campo que rompía con la imagen del típico agricultor rudo y con las manos llenas de durezas por su trabajo en el terreno. Él había decidido hacer la movilización a pie junto a sus compañeros de Vegas del Genil, pero no quería dejar su John Deere fuera de la marcha, por lo que le pidió a ella conducirlo por las calles de Granada.

Preguntada por las reivindicaciones de los agricultores, la joven Sierra consideraba que cumplir con la Agenda 2030 como se les quiere imponer es inasequible, la mano de obra está cara, y que los precios de mercado no les sirven para hacer frente a los gastos, y todos los que se dedican al campo tienen que comer.

Entre pitido y pitido, la joven confesaba a este periódico que alterna la ayuda a su familia en la explotación agrícola con estudios de grado superior de laboratorio. Ella se ha criado en el campo, entre habas de verdeo, espárragos y cereales, y ha aprendido todo lo que debe saber de sus familiares. Pero, sin embargo, ahora mismo no se ve siguiendo el legado de José. Sobre todo porque sabe que es muy duro, y muy poco rentable. Las mujeres que la veían desde la calle le aplaudían, sabiendo lo duro de su sector.

Sobre los productos importados desde países que no pertenecen a la Unión Europea, asegura que la competencia es desleal y que la materia prima no cumple con las medidas sanitarias que desde dentro de la comunidad si les exigen a los 27.

"A ellos no se les exigen los mismos requisitos y llegan más baratos, por lo que es una competencia contra la que no podemos competir. Viniendo desde fuera de la UE lo tienen mucho más fácil que nosotros. Así solo se consigue que nuestro producto nacional de buena calidad se vaya fuera y mal pagado, y nos quedemos con las materias importadas que son de peor calidad", ha concluido.

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