Cortes de luz

Hotel Luz de Granada: de Ciudad Jardín a 'jardín' de la marihuana de Europa

El Hotel Luz y los cables que salen de transformador eléctrico que los alimenta

El Hotel Luz y los cables que salen de transformador eléctrico que los alimenta / Antonio L. Juárez / Photographerssports

En 1973, cuando se construyó el edificio de pisos del número 36 de la calle Henríquez de Jorquera, la zona Norte de Granada capital ya apuntaba a lo que se iba a convertir años más tarde. El Polígono de La Paz, también llamado de Cartuja, algo que normalmente suele confundirse, se había empezado a desarrollar diez años antes, en 1963. Como una nueva ciudad jardín, de casas unifamiliares y zonas verdes, que sirviera de enlace entre la ciudad antigua y las futuras áreas industriales que se iban a levantar en lo que hoy se conoce como Juncaril o Asegra. De ese jardín que iba a ser inmenso, de barrios habitables, más de medio siglo después queda poco o nada. Zona olvidada por las administraciones, sus habitantes resisten frente a los garbanzos negros de la delincuencia, cada vez más organizada, y que ha hecho de algunos enclaves la capital europea del cultivo y distribución de marihuana. Uno de ellos, el conocido como Hotel Luz, es todo un símbolo.

La fecha de construcción del edificio, en 1973, es la que figura de forma oficial en el Catastro. Consta de dos bloques adosados y con entradas opuestas, cada uno de ellos con nueve plantas y cuatro pisos, todos de 71 metros cuadrados. En total, 72 viviendas y seis locales comerciales entre las calles Henríquez de Jorquera y Soto de Rojas. Actualmente, la mayoría de ellos están inhabitados, según apuntó Endesa, la empresa suministradora de servicio eléctrico, que en una de sus últimas informaciones sobre enganches ilegales al sistema, define el inmueble como un edificio con un "alto grado de abandono, como lo demuestra sus ascensores inutilizados y la carencia del mantenimiento mínimo exigible". "Estas circunstancias provocaron la ausencia casi total de vecinos, quedando la mayoría de las viviendas vacías", lo cual tuvo como "consecuencia que la mayoría de las viviendas hayan sido aprovechadas para un único fin, el cultivo de la marihuana  en espacios cerrados".

Solo un cliente

Se le llama Hotel Luz, popularmente, porque de noche todas sus ventanas se ven iluminadas, como si estuvieran habitadas todas sus casas. Alguno de sus moradores, o algún vecino, quizás con sorna, lo tomó casi como marca comercial y lo escribió con pintura negra en el alféizar del portal de entrada de la calle Henríquez de Jorquera. En los alrededores del edificio se apilan sacos de tierra procedentes de cultivo de marihuana ya utilizados, además de algunos elementos usados para su cultivo interior. A escasos quince metros se alzan los muros de la Ciudad Deportiva del Granada CF, donde los futbolistas de Primera División pueden ver desde sus campos toda una retahíla de ilegalidades.

Al otro lado de la calle está el transformador que Endesa colocó completamente nuevo hace unos años para aumentar la potencia eléctrica y evitar que los cortes de luz que sufren los vecinos ajenos a la droga, los colegios y los centros de salud padecen. Esta puede dar suministro hasta a 1.600 clientes. Pero siempre falla. Nada sacia la luz que necesita para crecer la marihuana. Más enganches, más fallos del sistema, más apagones. Consume tanta energía como un hospital. Algunos dicen que el Virgen de las Nieves, otros como La Inmaculada.

Una de las operaciones policiales llevadas a cabo en 2020 en el inmueble Una de las operaciones policiales llevadas a cabo en 2020 en el inmueble

Una de las operaciones policiales llevadas a cabo en 2020 en el inmueble / Jesús Jiménez / Photographerssports

El cableado que llega al edificio del Hotel Luz

En una esquina, sobre el apoyo de hormigón, decenas de conexiones fraudulentas sobre la acometida llevan la electricidad al edificio. De ahí van subiendo por la fachada y se introducen por las ventanas de las viviendas, otras van por los tejados, y muchas están en zonas privadas a las que no se puede acceder, según la descripción que hace Endesa de este problemático inmueble. En una imagen suministrada por la empresa de energía se puede ver la sala de contadores del edificio, decenas de veces revisadas y cortadas por sus técnicos. Todas salvo una: la del único cliente con contrato que tiene el Hotel Luz. En la sala de contadores solo está el suyo. Ni siquiera los hay con enganches ilegales, para que los técnicos, durante las redadas policiales, tengan más difícil cortarlos.

"Desde 2014 se han realizado más de 10 intervenciones masivas sobre el edificio, sin embargo, una vez desmantelados todos los enganches ilegales, vuelven a realizarlos", cuenta Endesa. Las operaciones policiales, además, cada vez han ido a más en el edificio, y han sumado importancia en cuanto a incautaciones de marihuana. En plena pandemia, el 3 de diciembre de 2020, se realizó una de las mayores con la aprehensión de 5.760 plantas en la llamada operación Torre de la Policía Nacional, precedida el 2 de julio de ese mismo año de otra que recogió 4.000 plantas, la operación Luz. 2020 fue el año en el que el Hotel Luz se empezó a convertir en el símbolo de la marihuana en Granada. Otra incautó 1.500 el 14 de diciembre de 2021, la operación Medina acabó con la intercepción de otras 6.000 (28 de diciembre de 2022), y la última, a finales de septiembre, con otras 5.000 plantas. Esta droga circula hacia Europa, e incluso, en recientes informaciones se apunta a otros destinos más lejanos.

"La sobrecarga de la red es tan elevada que en 2020 Endesa tuvo que instalar un nuevo centro de transformación, con 2.000 kilovatios, que tiene potencia suficiente para dar suministro a unos 1.600 clientes, para poder así abastecer a los clientes con contrato de la zona. Además, se tendieron todas las redes de baja tensión que distribuye la energía a los edificios cercanos totalmente nueva y en aéreo, para que la detección de los enganches ilegales fuera más fácil", cuenta Endesa.

No ha sido suficiente. Ni en el Hotel Luz ni en otros 84 edificios de la zona Norte de Granada. Endesa tiene comprobado que en todos ellos no tiene clientes o cuenta con solo uno, el suficiente para que la empresa suministradora no corte de raíz el cableado desde las acometidas. Sin embargo, en todos esos bloques, todas las viviendas cuentan con enganches ilegales. Los cortes de luz parecen imparables, y eso lo sufren los vecinos que sí cumplen con la ley: tres de cada cuatro suministros están en regla, pero la luz se sigue cortando.

Origen humilde

Del Hotel Luz se sabe que se construyó en 1973, aunque algunas fuentes lo sitúan en los años 80 para reubicar a los habitantes de la barriada de La Virgencica, un asentamiento que estaba situado entre la carretera de Jaén y el Cerrillo de Maracena, montado en 1962 de forma exprés para acoger a los damnificados por las riadas que hundieron las cuevas del Barranco de la Zorra y del Abogado y anegaron amplias zonas de la Vega. Entonces 2.770 familias y 12.012 personas en total se quedaron sin hogar y se hacinaron en esta barriada. Cuando el Ayuntamiento de Granada aprobó el Plan Parcial en 1963 y lo empezó a desarrollar, muchas de estas familias se empezaron a instalar de forma desordenada.

Agentes de la Policía, durante una operación Agentes de la Policía, durante una operación

Agentes de la Policía, durante una operación / Jesús Jiménez / Photographerssports

Cuando en 1973 se construye el edificio ahora llamado Hotel Luz, en la zona Norte de Granada, el Polígono, así en general, solo el 47% de los niños estaban escolarizados, en 60% de los hombres en edad de trabajar eran peones, y solo una cuarta parte de los hogares de la zona llegaba a las 6.000 pesetas anuales de renta. Era el resultado de una década de fiasco en el desarrollo urbanístico de ambos polígonos, pero también social. "Las viviendas sociales necesarias para solucionar el problema planteado por los temporales se emplazan en el Polígono, único suelo estatal disponible. Y al Polígono de la Paz acudiría una población humilde de bajo nivel económico", según se puede leer en las hemerotecas con fecha de junio de 1973.

El Polígono se iba a dividir en cuatro barrios separados por una serie de grandes calles o avenidas, cada uno con su propia identidad y servicios. Iba a haber un Centro Cívico por cada uno de ellos, pero actualmente solo hay uno en Cartuja. La barriada de La Paz era la que iba a aglutinar, el lugar desde el que se iba a desarrollar todo el entramado urbano. "La idea era constituir un núcleo con vida propia, con existencia por sí mismo al margen del resto de la ciudad", explicaba la memoria de la licenciatura del profesor de Geografía de la UGR, Fernando Fernández Gutiérrez y recogida por la prensa en su momento. La marginalidad fue mal entendida, entonces.

La expansión del barrio requería de una fuerte inversión en vivienda social, y eso, según aquel estudio, hizo que se viviera ya el primer fenómeno de segregación en el barrio. Al conocerse que se iban a reubicar muchos de los habitantes de los barracones de La Virgencica, los compradores de las parcelas se retrajeron, lo que hizo que en muchos casos los suelos se abaratasen y en algunos ni siquiera hubiera compradores. En algunos casos, inmobiliarias o constructoras especularon y levantaron edificios sociales para familias modestas. Un caso fueron una promoción de 152 viviendas impulsada por la Fundación General Mediterránea, fundada a finales de los 60 por el Opus Dei, que tienen una arquitectura similar a la del Hotel Luz, del que están a apenas cincuenta metros. Años después la inmobiliaria quebró siendo, entonces, su administrador José María Ruiz-Mateos.

El mismo trabajo afirmaba que los barrios de la zona Norte se concebían "con gran predominio de viviendas unifamiliares, de dos plantas con patios, pequeñas plazas y calles solo para peatones". Un espacio amable y con parques, verde, un jardín "de gran futuro entre la ciudad y los polígonos industriales", y que ha acabado siendo, por unos pocos, el jardín más grande de la marihuana en Europa.

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