La concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Granada, Ana Muñoz, se ha referido hoy a la reunión que PP y Ciudadanos mantienen en Madrid para perfilar los detalles del acuerdo de Gobierno, hecho que ha calificado de "obsceno y humillante". El PSOE denuncia que el presente y el futuro de Granada se esté decidiendo en Madrid por parte de los dirigentes nacionales de PP y Ciudadanos, lo que consideran "un ejercicio de oscurantismo político sin precedentes". Además, dicen que las "consecuencias" de este "espectáculo" va a tener "consecuencias y daños irreparables para la credibilidad de la ciudad y de su Ayuntamiento, con un alcalde débil, ambicioso y traidor que no cuenta con el respeto ni de sus supuestos socios de gobierno".

Muñoz ha lamentado, según ha informado el PSOE en un comunicado, "la irresponsabilidad de Salvador y Pérez, quienes hoy han protagonizado en Madrid una reunión donde literalmente han entregado las llaves de la ciudad a sus líderes nacionales y a VOX, unos líderes a los que no les ha temblado el pulso para cambiar ciudades y provincias como si fueran cromos, con el único objetivo de esconder los varapalos electorales que han sufrido en las urnas en las dos últimas citas electorales".

"En estos momentos Granada es rehén de Madrid, desconocemos si a partir de ahora los plenos y las juntas de gobierno del Ayuntamiento de Granada se tendrán que celebrar también en Génova, a tenor de la debilidad de un pacto que tres días después seguimos sin conocer y que se perfila con una debilidad que no se merecen los granadinos”, sentenció la concejal. 

Para la edil socialista, "Luis Salvador y sus tres concejales han demostrado estar del lado de la perversión política y que el futuro de Granada no les importa lo más absoluto, después de dejar el futuro de Granada a merced de los juegos y las amenazas de la extrema derecha y sus designios”.

Para la socialista, "lo más penoso de esta situación es que Salvador y Pérez además de hacer saltar la credibilidad de la ciudad por los aires, ha sembrado una desazón en la ciudadanía y una incredulidad en la política que nos costará años recuperar, después de pervertir el voto de los ciudadanos y humillar a los granadinos".