Medio Ambiente

Luz verde al Plan contra el Radón: más de una decena de municipios de Granada presentan altos niveles del gas

Mapa del potencial de gas radón en la provincia de Granada

Mapa del potencial de gas radón en la provincia de Granada / G. H. (Granada)

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Sanidad, daba luz verde la semana pasada al Plan Nacional contra el Radón con el objetivo de "proteger la salud del conjunto de la población, y las personas trabajadoras en particular, frente a los riesgos de la exposición a este elemento químico en forma gaseosa". Una propuesta de intervención que tendrá efectos para 14 municipios de la provincia de Granada, en los que se han detectado concentraciones significativas de este gas. 

El radón es un gas radiactivo de origen natural, inodoro, incoloro e insípido que puede encontrarse en altas concentraciones en los espacios interiores, como las viviendas y los lugares de trabajo. Concretamente, en la provincia de Granada se puede encontrar en niveles muy altos en hasta 14 poblaciones, lo que hace que sea prioritario actuar para evitar la exposición de personas a estos fluidos. El radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco y está clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como carcinógeno humano desde hace más de tres décadas. 

Según la cartografía del potencial de radón en España, desarrollada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de España, en Granada este estudio califica como zonas de actuación preferente los municipios de Soportújar, Pampaneira, Bubión, Capileira, La Taha, Pórtugos, Busquístar, Trevélez, Bérchules, Alpujarra de la Sierra, Válor, Ferreira, Valle del Zalabí y Jerez del Marquesado. No obstante, también hay otras localidades de la provincia en las que el gas radón se puede encontrar en menor concentración. 

El plan aprobado por la cartera que dirige la ministra Mónica García tiene cinco ejes estratégicos: conocimiento e infraestructura básica, edificación, lugares de trabajo, zonas de actuación prioritaria y comunicación y concienciación.

Estos cinco ejes engloban, a su vez, actuaciones para conocer la magnitud del problema, como evaluar la exposición de la población al radón y estimar su incidencia sobre la salud de la población, reducir la concentración de radón en los edificios o impulsar programas de formación específicos para los distintos agentes que intervienen en el ámbito de la edificación.

Otra de las actuaciones va servir para potenciar la concienciación del público, los profesionales y administraciones sobre los efectos del radón en la salud y, en particular, en combinación con el tabaco. En este caso los efectos se encuentran notablemente aumentados, debido al efecto sinérgico de radón y tabaco.

El elevado índice depende de la geografía

Según indica el CSN, el radón (radón-222) es un gas radiactivo natural procedente de la cadena de desintegración del uranio-238 y, por tanto, ubicuo en la naturaleza. "Este gas, no suele presentar niveles altos al aire libre, pero tiende a acumularse en las viviendas y puede dar lugar a concentraciones elevadas, especialmente en zonas con suelos muy permeables o con un alto contenido de radio-226", añade.

El Consejo de Seguridad Nuclear, además, expone que determinadas actividades laborales -como la minería subterránea o la explotación de las aguas termales- "pueden conllevar también un riesgo significativo de exposición a este gas".

El CSN especifica que "todos los edificios contienen radón en concentraciones habitualmente bajas", pero no obstante, argumenta que "existen zonas geográficas en las que, debido a su geología, es más probable encontrar edificios con niveles elevados".

La cartografía del potencial de radón en España categoriza las zonas del territorio estatal en función de sus niveles de radón y, en particular, identifica aquellas en las que un porcentaje significativo de los edificios residenciales presenta concentraciones superiores a 300 bequerelios por metro cúbico (Bq/m3).

El radón se descompone rápidamente y despide pequeñas partículas radiactivas. Al ser inhaladas, estas partículas radiactivas pueden dañar las células que recubren los pulmones. La exposición a largo plazo al radón puede resultar en cáncer de pulmón, el único tipo de cáncer que se ha comprobado está asociado con la inhalación de radón. Se ha sugerido que hay un riesgo mayor de leucemia asociada con la exposición al radón en adultos y niños, pero de momento las pruebas no son conclusivas.

Según un estudio de investigadores adscritos al Grupo Radón del Laboratorio Laruc de la Universidad de Cantabria, el radón forma parte, pero en muy pequeña proporción, de la composición del aire atmosférico que respiramos". El estudio expone también que este gas es "incoloro, inodoro e insípido" y que su solubilidad en el agua es muy grande, del mismo modo que en otros líquidos, principalmente si son orgánicos".

Otras zonas afectadas en la provincia

También hay otras veinte zonas de la provincia de Granada en las que el gas radón se puede encontrar en concentraciones medias, de entre 150 y 300 Bq/m3. Estas son Güéjar Sierra, Rubite, Polopos, Albuñol, Sorvilán, Turón, Murtas, Albondón, Torvizcón, Almegíjar, Cástaras, Juviles, Lobras, Cádiar, Lanteira, Alquife, Aldeire, La Calahorra, Dólar y Huénejar.

Para la mayoría de las personas, la exposición al radón tiene lugar sobre todo en el hogar, donde pasan gran parte de su tiempo, aunque los lugares de trabajo interiores también pueden ser una fuente de exposición.

Presencia del gas radón en España Presencia del gas radón en España

Presencia del gas radón en España / Infografía

Las concentraciones de radón en los edificios dependen de las características geológicas del lugar, por ejemplo, su contenido en uranio y la permeabilidad de las rocas y los suelos donde se asienta el edificio, las vías que el radón pueda encontrar para infiltrarse del suelo a las viviendas, su emanación procedente de los materiales de construcción y la tasa de intercambio de aire entre el interior y el exterior, que depende del tipo de construcción, los hábitos de ventilación de sus habitantes y la estanqueidad del edificio.

La Unión Europea obliga a España a realizar mediciones del gas radón para establecer medidas de protección en aquellas viviendas en las que sus niveles sean dañinos para el ser humano. El Gobierno viene trabajando en un reglamento para la protección de los edificios frente a la exposición al radón, en el marco de la transposición de la directiva europea de Normas de seguridad para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes. Sin embargo, el Plan de Acción contra el radón aún no está en marcha.

Detener la exposición

El radón está presente en los suelos terrestres, sobre todo en zonas de granito, es capaz de viajar entre los poros del terreno hasta alcanzar la superficie, donde podrá diluirse entre los gases de la atmósfera, o penetrar en el interior de los edificios si éstos no se encuentran debidamente protegidos.

Según la OMS, existen métodos probados, duraderos y costoeficaces para prevenir la filtración del radón en los edificios de nueva construcción y para reducir su concentración en los edificios existentes. Al construir una edificación hay que tener en cuenta la posible exposición a este gas, sobre todo en las zonas donde esté muy concentrado. En muchos países de Europa, en los Estados Unidos de América y en China las normas para las nuevas edificaciones incluyen medidas protectoras.

Algunas formas habituales de reducir los niveles de radón en los edificios existentes son aumentar la ventilación del forjado, instalar un sistema de evacuación mecánica del radón en el sótano o bajo los pisos sólidos, evitar que se filtre desde el sótano hasta las habitaciones, sellar pisos y paredes y mejorar la ventilación del edificio, sobre todo en el contexto del ahorro energético.

Además, los sistemas pasivos de mitigación pueden reducir en más de un 50 por ciento los niveles de radón en los espacios interiores y , si se añade un sistema de ventilación esos niveles pueden descender todavía más.

El arsénico, otro gas con elevada concentración

Por otra parte, la provincia de Granada también experimenta una elevada concentración de arsénico en el suelo en los municipios de las comarcas de La Alpujarra, Jérez del Marquesado, y en menor medida la Costa Tropical y la comarca Norte, que reciben grandes aportes de este semimetal peligroso para la salud. Por el momento el Gobierno no estudia como atajar este problema.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que el arsénico es un elemento natural de la corteza terrestre y que, en su forma inorgánica, "es muy tóxico". Un componente que se encuentra ampliamente distribuido en la provincia de Granada, presente en el aire, el agua y la tierra

En La Alpujarra y Jérez del Marquesado la concentración de arsénico en el suelo es de entre 21,19 y 99,37 miligramos por kilo, la más elevada que se puede encontrar en la Península Ibérica. También reciben grandes aportes las zonas de la Costa Tropical y la comarca del Norte, con zonas con concentraciones de entre 13,70-15,44 mg/kg, e incluso el Área Metropolitana o la comarca del Poniente de Granada registran entre 11,96-13,70 mg/kg.

La exposición a este semimetal se ha relacionado con diferentes tipos de cánceres, y según la OMS, "el arsénico representa una amenaza importante para la salud pública cuando se encuentra en aguas subterráneas contaminadas".

Mapa de la exposición a arsénico en España Mapa de la exposición a arsénico en España

Mapa de la exposición a arsénico en España / G. H. (Granada)

El arsénico inorgánico está presente en suelo, agua, aire y alimentos, de forma que el ser humano se encuentra continuamente expuesto a este contaminante. El intervalo de arsénico en el suelo varía de 0,2 a 40 miligramos por kilo. La exposición vía consumo de agua es la mayoritaria a escala global.

Tanto el suelo como el agua de un emplazamiento son una de las principales vías de exposición a arsénico para los seres vivos, ya sea por ingesta (principalmente para niños), inhalación o contacto dérmico. Otra vía determinante de exposición es el paso del arsénico a la cadena trófica: el arsénico se acumula en cultivos, vegetales y frutas que crecen en suelos contaminados y que luego son usados bien para consumo humano o para crear piensos para animales dedicados a consumo humano.

En el suelo, el arsénico proviene de fuentes naturales y también como resultado de la actividad humana, principalmente por contaminación atmosférica y aplicación de fertilizantes de fosfato. La deposición atmosférica de arsénico en el suelo ha disminuido de forma general en Europa en los últimos 20 años.

El arsénico llega al medioambiente como consecuencia de procesos naturales como volcanes, incendios forestales o erosión de rocas y minerales, pero también derivado de la actividad antropogénica, como son las emisiones industriales, la producción de energía a partir de combustibles fósiles y su uso como conservante de madera, herbicida o insecticida.

La presencia de este semimetal en la provincia de Granada supone un riesgo sanitario debido a su clasificación como cancerígeno en humanos, al existir suficiente evidencia científica que lo avala. Además, se trata de un elemento que presenta numerosos efectos tóxicos, siendo el principal efecto por una exposición prolongada el de lesiones en la piel. También puede provocar cáncer de vejiga, pulmón y piel.

Las personas en la población general pueden exponerse al arsénico cuando fuman tabaco, beben agua contaminada o consumen alimentos preparados con plantas que fueron irrigadas con agua contaminada. En general, se piensa que la exposición al arsénico por agua potable contaminada es más dañina para la salud de las personas que la exposición al arsénico a través de alimentos contaminados.

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