La batalla
Prohibido saltar y cantar a partir de las 11 de la noche
La Ordenanza de la Convivencia recoge las prohibiciones de ruido en viviendas y calles.
La Ordenanza Municipal de la Convivencia de Granada es clara: está terminantemente prohibido saltar y cantar a partir de las once de la noche. Ojo. Tampoco se puede bailar, dar golpes o pegar portazos. Desde el año 2009 la capital cuenta con una ordenanza que regula la convivencia ciudadana. Una normativa que, en el momento de su estreno generó una importante polémica dadas sus innumerables restricciones. La sección segunda abarca el ruido en todas sus expresiones y lo deja claro: hay que dejar descansar al vecino.
El punto tres del artículo 95 referido a la vecindad abarca la normativa en cuanto a ruidos. Además de recomendar que el volumen de la voz humana o la actividad directa de personas se ha de mantener en niveles que no afecten a la buena convivencia, la ordenanza también tiene apartados para controlar las molestias que ocasionan los animales y que puedan alterar la tranquilidad del vecindario.
El uso de electrodomésticos, instrumentos musicales o apartatos de ventilación también aparece en esta ordenanza que, en el punto 3, repasa todos los posibles ruidos molestos a evitar: "Será necesario evitar molestar a los vecinos con ruidos innecesarios aunque se encuentren por debajo de los niveles establecidos y sean difícilmente mensurables como los portazos, los golpes, gritos, saltos, bailes, cantos, música alta y similares en horas especialmente en horas de descanso nocturno". A este punto le sigue otro más concreto para la noche: "Se prohíbe cualquier actividad perturbadora del descanso ajeno en el interior de las viviendas especialmente entre las 23:00 y las 7:00 del día siguiente. Unas restricciones que también se extienden a la vía pública. "Queda prohibida la emisión de cualquier ruido que altere la tranquilidad vecinal entre las 23:00 y las 7:00 horas en los días laborales y entre las 23:00 y las 10:00 en los días festivos y vísperas de festivos salvo que cuenten con licencia municipal".
Para los casos en que se produzcan ruidos, el Ayuntamiento de Granada ha activado un plan que tiene como objetivo sofocar los posibles conatos de botellón en distintas zonas y pacificar las viviendas. Para lo segundo, tiene previsto modificar la ordenanza de tal forma que se pueda responsabilizar a los caseros de las viviendas de estudiantes en caso de que sean ruidosos y no atiendan a los requerimientos de la Policía Local. Con esta medida se busca que el cierre del botellódromo no suponga una expansión de los botellones por las viviendas en una ciudad donde los pisos de estudiantes se cuentan por miles. En los últimos años la Policía ha tenido que desalojar varias viviendas por fiestas multitudinarias.
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