día internacional de la mujer

¿Qué diría Virginia Woolf de este 8M en Granada?

  • La autora Pilar Bellver narra la relación de amor entre la escritora feminista y la aristócrata Vita Sackville-West

¿Qué diría Virginia Woolf de este 8M en Granada?

¿Qué diría Virginia Woolf de este 8M en Granada? / Carlos Gil

¿Qué pensaría Virginia Woolf si viera las multitudinarias manifestaciones que colman América Latina y cómo se revolucionan países como España cada 8 de marzo? ¿Cantaría El violador eres tú? ¿La llamarían feminazi? Posiblemente podría dar un par de lecciones de feminismo casi cien años después de morir porque lo que su palabra promulgó aún sigue siendo debate de asfalto. Las mujeres necesitan 500 libras al año y un cuarto propio. O lo que es igual, independencia para conseguir un desarrollo pleno frente a los techos de cristal y los suelos pegajosos. Y eso Woolf lo sabía.

Virginia Woolf fue un universo en expansión continuo y un “pozo sin fondo” para la escritora de adopción granadina, Pilar Bellver. Esta mujer se ha sumergido durante años en los laberintos de la autora de Tres guineas hasta convertirla en algo más que un referente literario, un alter ego.

A Virginia le gustaba Vita es la novela basada en la relación amorosa entre Virginia Woolf y Vita Sackville-West –aristócrata, escritora y abiertamente lesbiana– que ha reconstruido Pilar Bellver a través de diarios y cartas de las mujeres.

Este libro es ficción porque rellena los huecos que el pudor no dejó impreso en tinta pero la relación de amantes entre ambas fue más que real. “Es raro, pero es una relación amorosa muy bien documentada y en este caso lo tenemos por vías preciosas”, explica Bellver. Se trata de las cartas que Vita escribía a su marido –él sabía que era lesbiana– y por los famosos y prolíficos diarios de Virginia.

“Nos hemos abrasado de deseo las dos por carta durante este último año, bien lo sabes, como dos adolescentes que no se atreven a hablar de humedades más que en sus poemas” decía Virginia a su amante mientras paseaba por la orilla del río. Vita, que no tenía reparos en romper más de dos normas sociales, era 10 años más joven que Virginia, y fue quien además, conquistó a la autora, explica Bellver.

“Virginia siempre estuvo enamorada de una mujer”, sostiene Bellver. Y eso acababa siendo reflejado en todos sus libros: “en cada uno aparece una relación muy especial entre dos mujeres”. Todos estos flechazos se narran en sus diarios, pero como marcaba la época, el amor quedaba sepultado bajo los términos de “amistad íntima” o “amor platónico”. “Eran las mil maneras que tenía el sistema de no llamar a las cosas por su nombre”.

La relación de la granadina de adopción con Woolf es de absoluta admiración desde varios puntos de vista, y no solo como escritora pese a ser para ella “una maestra” y “la mejor escritora del siglo XX, por encima de Proust”. La otra faceta es la de feminista, Bellver habla de Una habitación propia como un auténtico manifiesto feminista y por otro lado cuenta que Woolf se vuelca como mujer absolutamente comprometida políticamente con varias causas además de la feminista. “Era difícil encontrar alguna lucha moderna en la que Virginia no estuviese, aunque se conozca poco su militancia”.

“Leyendo Una habitación propia se da uno cuenta de que el feminismo actual está bebiendo teóricamente de textos como ese” sostiene la autora de A Virginia le gustaba Vita que vuelve a recalcar que si la inglesa viviera en el 2020 podría dar varias lecciones de feminismo.

¿Pero qué feminismo? ¿Woolf comulgaría con ese sector que intenta marginar del movimiento a las mujeres trans igual que aquel que lo quiso hacer con las mujeres negras o las lesbianas? “Rotundamente no”, responde Bellver. “Ahora mismo estamos metidas en un berenjenal que o el feminismo incluye a la gente queer o no es feminismo”, sostiene la escritora. En este punto vuelve a poner a Woolf como ejemplo de vida: “Virginia se llama a sí misma en los años 20 queer, se decía a sí misma rara”.

Tan involucrada estaba la inglesa con la diversidad y libertad que, sostiene, Bellver, “la novela Orlando es un canto a algo que tiene que ver con la teoría de género actual. Orlando es hombre durante un tramo larguísimo de su vida y mujer durante otro tanto, es las dos cosas sin perder su carácter”, cuenta. Virginia tenía así una concepción base de “feminismo interseccional tanto de raza como de género” así como de “izquierdas, porque el feminismo no se puede entender de otra forma”.

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