Adif comenzará con las obras del nuevo tramo de la Variante de Loja a final de septiembre
Desde principios de julio se ha procedido a completar la documentación medioambiental, a hacer sondeos arqueológicos y geotécnicos, y a la tala de árboles de cultivo
La obra debía estar en marcha desde enero aunque el acta de replanteo, que da comienzo formal a la construcción, no se firmó hasta el pasado abril
Concluye la redacción del proyecto para duplicar las vía del AVE entre Granada y Archidona después de cinco años
La adjudicación de las obras de ampliación "urgente" de la estación del AVE de Granada, a punto
Granada/Finales de septiembre. Esta es la fecha aproximada en la que comenzarán de forma más fehaciente las obras del nuevo tramo de la Variante de Loja, los esperados movimientos de tierras que harán más visible la actuación de la mayor infraestructura ferroviaria de la provincia prácticamente en más de un siglo. Una sucesión de largos túneles y viaductos destinados a salvar la orografía de la Sierra Gorda de Loja y del valle del Genil durante cerca de una veintena de kilómetros. A pesar de que el acta de replanteo entre el licitador (Adif) y la empresa adjudicataria (Sacyr) se firmó en abril, y que es el paso formal que da inicio a las obras, la maquinaria no se pondrá en marcha hasta la última semana de este mes. Así lo estiman fuentes cercanas al Administrador. De esta forma, las máquinas de construcción volverán a la variante lojeña casi un año y medio después de que el Gobierno rematara las obras del viaducto de Riofrío, la última infraestructura pendiente del tramo Quejigares-Variante de Loja, paralizado en su día por el cambio del proyecto que aceleró la llegada del AVE a Granada haciéndolo pasar por el antiguo trazado reconvertido a ancho estándar del siglo XIX por la Sierra Norte. Estas obras debieron comenzar, según el plan inicial, en enero.
Últimos de septiembre y primeros de octubre es la estimación que llega desde fuentes próximas al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. Aun así, hasta la fecha, no ha dejado de trabajarse incluso sobre la zona, pero con actuaciones menos llamativas. De un lado, administrativamente con la cumplimentación de documentos de carácter medioambiental que se llevaron a cabo entre mayo y junio, para solucionar las afecciones en varios de los cauces y arroyos próximos al lugar de las obras. En julio hubo técnicos que comenzaron con el trabajo de campo. Fue con la realización de sondeos geotécnicos, arqueológicos y con la tala de algunos árboles. Las catas venían a complementar las ya realizadas en centenares de puntos del tramo durante la redacción del proyecto, mientras que la medición de desniveles es el paso previo a la entrada de maquinaria pesada para aplanar, desmontar y excavar en el lugar de las obras. Los árboles talados en este tramo se refieren sobre todo a los afectados en cultivos leñosos de secanos, tales como almendros y olivos. Será en las obras del siguiente tramo, el de la A-92 cuyo concurso público está en marcha desde julio, donde ya se vean perjudicados algunos pinares de la Sierra Gorda.
Estos sondeos y trabajos previos están acabados o a punto de hacerlo, lo cual será el paso previo a la entrada de las primeras máquinas para comenzar las obras, y así hacerlas visibles al público. Unas obras que, además, tendrán que realizarse teniendo en cuenta que dentro de este tramo irá situada la futura nueva estación de Loja-Alta Velocidad, cuyo proyecto terminó de redactarse a finales del año pasado, pero del cual no se sabe nada más ya que la licitación de las obras aún no ha salido a concurso público. La construcción debería ir de forma paralela. De hecho, la adjudicataria del tramo, Sacyr, tendrá que realizar las tareas de explanación de la playa de vías de la nueva terminal, además de su aparcamiento, aunque no ejecutará las obras de esta. La nueva estación se edificará sobre los terrenos conocidos como paraje de La Dehesa.
El tramo de la Variante de Loja-Riofrío consta de apenas 3,2 kilómetros para los que se requiere de una inversión de 49 millones de euros, aunque el presupuesto de licitación ascendía a 57 millones. De los tres tramos que quedan por construirse de la infraestructura, este es el menos complejo de todos ya que no requiere de la construcción de grandes estructuras como túneles o puentes, ya que discurrirá completamente por superficie. Es más, este segmento concluye justo donde comienza el primero de los túneles, aunque este ya pertenece al tramo posterior.
Otros tramos
La actuación consta de la ejecución de hasta diecisiete obras de drenaje y la construcción de dos pasos superiores sobre los que discurre un camino, una carretera y una vía pecuaria. Asimismo, se repondrán las carreteras A-341 y A-4153. Es más, el trazado ferroviario discurre sobre el actual trazado de la carretera que une la A-92 con el Llano de Zafarraya, rodeando la Sierra Gorda. La construcción responderá a los parámetros necesarios para su adaptación al Corredor Mediterráneo tanto de pasajeros como de mercancías, y se diseña para albergar doble vía con ancho estándar UIC para trenes de Alta Velocidad. Este entroncará con el siguiente tramo, que marchará en paralelo a la autovía A-92, de cerca de 5 kilómetros, que empiezan con un falso túnel de 50 metros, saliendo a la luz en línea recta hasta entroncar con otro túnel de 400 metros llamado Los Abades (punto kilométrico 607+900). Habrá un tercer pasadizo ferroviario de 550 metros en el punto kilométrico 609+700, denominado de Las Monjas.
Por último, los 7,7 kilómetros restantes serán de una extraordinaria complejidad técnica. El tramo Valle de Genil sobrevuela el polígono industrial El Manzanil II y el polígono industrial Cooperativa San Isidro. Tras este viaducto, el trazado discurre por lomas cultivadas con olivos y cruza la Cañada Real de Granada a Sevilla. A partir de este punto cruza el arroyo del Salar mediante otro viaducto de 720 metros, para atravesar posteriormente mediante un túnel de 980 metros el Cerro de Limones. Tras el túnel, el trazado salva, mediante un único viaducto de 1.084 metros, la autovía A-92 y el cauce del río Genil, para ir adosándose poco a poco a la línea de ferrocarril actual, al norte de Huétor Tájar, entorno al paraje de Las Tablillas y proximidades de la barriada de la Estación.
La gran complejidad de este tramo estriba en el paso sobre la Villa Romana de Salar. Después de las prospecciones arqueológicas, el proyecto se ha tenido que adaptar variando de forma ligera el trazado y reduciendo el tamaño de una de las pilas para inteferir y causar el menor daño posible sobre el yacimiento romano más importante y mejor conservado de la provincia. Será durante el año 2025 cuando salga a licitación la obra de este sector.
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