Entre la afición por los toros y el deber profesional

Pablo Torné cumple ya cinco años como cirujano jefe de la Plaza de Toros de Granada

El doctor Torné, en el quirófano de la Plaza de Toros de Granada.
Juan Miguel Alonso Granada

19 de mayo 2016 - 01:00

"Si no eres aficionado difícilmente puedes ser cirujano en una plaza de toros. Venir de forma aséptica y solo profesional no es aconsejable, en poco tiempo te aburres". Así de claro es el doctor Pablo Torné Poyatos, cirujano jefe de la Plaza de Toros de Granada, que este año cumple su quinta temporada al frente de este servicio, pero que lleva veintitrés años con esta tarea. Dice que "no se puede hacer por dinero" y afirma que "en muchos casos no se cubren gastos".

Torné Poyatos reconoce que ser cirujano jefe de la plaza de toros es muy fácil y bonito, pero advierte de que "antes he pasado más de dos décadas realizando este trabajo por plazas portátiles y tradicionales" de múltiples pueblos de las provincias de Granada, Almería, Córdoba y Jaén, donde las cosas "son mucho más complicadas" y recuerda que la mayoría de festejos son en verano, "algo que supone renunciar a vacaciones".

Su debut fue en la plaza de toros portátil de Castilléjar y después de tantos años no se cansa de decir que "esto se hace principalmente por afición", que le llegó de la mano del anestesista Evaristo Herrada, del que dice: "Me enseñó todo lo que sé del mundo del toro". Como valor añadido, el doctor Torné entiende que su actividad "es tremendamente enriquecedora", a lo que añade: "Me permite vivir con entusiasmo el ambiente que se crea entorno a los festejos, las relaciones que se entablan, la gente que conoces y que muchos pasan a ser amigos". Confiesa que para él es más fácil que para otros, porque su señora le acompaña formando parte del equipo profesional, que está formado normalmente por un cirujano torácico, un cirujano vascular, dos cirujanos generales, un traumatólogo, un anestesista y una enfermera y una auxiliar de enfermería.

El instante que nadie desea, el de la cogida de torero, supone muchos nervios, prisas, sentimientos, que desde el equipo médico tienen que templar y medir. Es importante la atención a la faena, porque "la forma en que se produce una cogida ayuda, normalmente, a conocer que puedes encontrarte en la enfermería, la gran mayoría de las veces coincide la apreciación inicial". Reconoce, no obstante, que en la última cogida de José Tomás en Granada, pensó que el toro lo había prendido por el torax, y afortunadamente se equivocó.

De la enfermería de la Plaza de Toros de Granada dice que "cumple de sobra con las necesidades que se exige, no sólo reglamentariamente, sino también como calidad y cantidad del equipo sanitario y del aparataje del que se dispone". Además, hasta este año, es una ventaja la cercanía de los hospitales: "Con sólo atravesar la calle hacia arriba o hacia abajo, llegas a un hospital. Otra cosa será en adelante, donde van a quedar mucho más distantes". Entre su objetivo a medio plazo está la renovación del aparato de anestesia, pese a que "son caros y el uso que se hace es muy escaso, apenas una semana al año". La enfermería de la Plaza de Granada se compone de tres salas -una interior con dos camas-, una central, donde se encuentra el quirófano, y una tercera, que se usa para lesiones leves, vendajes y actuaciones menores.

En cuanto a su opinión con la salud de la que goza la tauromaquia en la provincia, como conocer de primera fila de todos los festejos que se celebran en su geografía, la cataloga de "excelente", y expone que "con la crisis temía por estos festejos de los pueblos, casi todos municipios pequeños con presupuestos muy bajos, pero no han renunciado a este festejo". En su opinión el doctor cree que "hay una gran afición al toro", y afirma que "más que al festejo en sí, noto cuasi una religión, principalmente con los encierros, los vecinos acuden multitudinariamente y se trabaja casi todo el año porque lleguen a buen fin". Destaca como figura clave a las peñas taurinas, que "están vivas, saben organizar y sacan las castañas del fuego a muchos municipios", y recuerda que sólo Huéneja ha perdido sus festejos taurinos, principalmente por problemas con la plaza de toros, que no reunía las condiciones.

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