Nueve millones y medio de usuarios son los responsables del cambio de la movilidad en Granada y su Área Metropolitana más cerca. Esta es la cantidad de personas que ha transportado el Metro de Granada en el primer año de funcionamiento según los datos ofrecidos ayer por la Junta de Andalucía, justo en el día en el que la infraestructura festejaba su primer cumpleaños. Un aniversario que no fue del todo feliz. El Metro sopló su primera vela con los trabajadores y la empresa sin mirarse, con una huelga que va camino de las tres semanas y que ayer mermó el servicio al 50%, con una circulación de trenes muy dispersa (entre tres y cuatro convoyes a la hora). Los viajeros, aquellos que han dado el consentimiento para el éxito del medio, dieron ayer la espalda al mismo, con un visible descenso de usuarios en las múltiples paradas de los 16 kilómetros de la línea, seguramente avisados de que ayer los tiempos de espera iban a duplicarse por la protesta de los conductores.

Los nueve millones y medio de usuarios en este año (concretamente 9.466.728) suponen rozar la cifra prevista por la Junta de Andalucía antes de iniciar la actividad de la línea, que era de 11 millones de viajeros entre enero y diciembre de este año, donde la cifra se aleja más del objetivo, situándose en 6.861.177 personas.

La falta de actividad en la estación de Andaluces resta un 7% de los usuarios previstos

El ente autonómico estima que, si bien este año no alcanzarán la meta previa, sí se logrará en 2019. Podría parecer una decepción, pese a la enorme cantidad de usuarios para un Área Metropolitana como Granada, pero varios factores han repercutido en que los números estén ligeramente por debajo de lo esperado. De entrada, los 11 millones previstos se fijaron mediante un estudio de demanda que trabajó bajo la hipótesis de que el Metro funcionaría desde el primer día a pleno rendimiento sin contar con los ajustes de los primeros meses. Es decir, la estimación de 11 millones se hizo con frecuencias de paso de 8 minutos, mientras que en la actualidad es de 9 y después de que los trenes funcionaran los primeros meses con intervalos de 12 minutos. Una de las causas es que el Metro todavía, tras un año en marcha, no ha alcanzado la velocidad comercial prevista. Los trenes deberían circular a 20,6 kilómetros por hora y a estas alturas lo hacen a 19,5, un kilómetro por hora menos de como debería funcionar. Esto repercute en menos trayectos y menos posibilidades de recogida de viajeros.

También ha influido para no llegar a los mínimos preestablecidos la tardanza, sobre todo del Ayuntamiento de Granada, en reordenar las líneas de autobuses urbanos que hasta julio se solapaban con el trazado del tranvía. El Consorcio Metropolitano ajustó sus líneas en Navidad.

El aislamiento ferroviario de la ciudad también se ha notado en el global de pasajeros del Metro. Una de las paradas que, según las previsiones , iba a ser de las más usadas, la de la Estación Ferrocarril, es de las menos frecuentadas cuando debía absorber un 7% del tránsito, unos 30.000 usuarios. De haber estado activa la estación y el tráfico ferroviario reabierto, la parada de Andaluces sería la quinta con más movimiento tras las de Recogidas (15%), Méndez Núñez, Caleta y Sierra Nevada (8%).

Sin embargo, los números también dan la razón a los usuarios, a los que la llegada del Metro les ha cambiado la vida. De forma literal. Varios indicadores lo confirman. De entrada, una clientela fiel. Los datos de validaciones de los billetes dibujan un escenario donde el 88,5% de los viajeros acceden a la infraestructura pagando con las tarjetas del Consorcio, que desde julio permiten el transbordo gratuito con los autobuses de la capital y del Cinturón, o la tarjeta Monedero expedida por el mismo Metro de Granada. La suma de ambas es de un 54,9 y 33,6%, respectivamente. Este factor refleja una fidelización y consolidación del Metro como medio de transporte.

Y es que nada más importante que un ciudadano ponga en manos del Metro su manera de llegar al trabajo o al lugar de sus estudios. Entre semana han sido 7.283.151 personas las que han confiado en esta infraestructura para moverse, siendo 2.183.577 el total de viajeros que han usado los trenes durante los fines de semana. Esto hace que la media de usuarios de lunes a viernes sea de 29.250 personas. Entre octubre del año pasado y mayo de este, con la ciudad y el Cinturón a pleno rendimiento laboral y lectivo, el Metro ha ido ganándose la confianza de los granadinos, ya que el porcentaje de uso de la línea no ha parado de crecer hasta el comienzo del periodo veraniego. Ese aumento se colocó en un 38% tomando en cuenta esos siete meses. Para darle más significación, la franja horaria de mayor carga de personas es la que va entre las 14:00 y las 15:00 horas.

Otro dato que corrobora el cambio de hábito en la forma de moverse por la ciudad y el Cinturón es que el Metro ha devuelto al transporte público a un 42,19% de sus viajeros. Todos ellos no lo usaban antes de incorporarse a la infraestructura. El 29,32% proceden del vehículo privado, mientras que el resto caminaban, usaban la bicicleta, o directamente no viajaban. Se estima que el uso de los medios de transporte públicos han crecido en Granada un 9,6% desde la implantación del Metro ligero.

Por todo esto, mediante un comunicado de prensa, el consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López, se congratuló del "éxito clamoroso" de esta infraestructura que "está permitiendo revolucionar la movilidad dentro del entorno metropolitano, con grandes niveles de satisfacción por parte de los usuarios". López agradeció la colaboración de los Ayuntamientos de Granada, Albolote, Maracena y Armilla con la Junta de Andalucía "para ofrecer una alternativa de movilidad sostenible al conjunto de habitantes del Área Metropolitana", añadió.