La calle Recogidas es la gran vía de entrada a Granada. Una larga estrada que lleva al viajero desde las puertas de la ciudad hasta su corazón en apenas diez minutos de tranquilo paseo a pie. También es una alegoría a cómo entran en la urbe las ideas o las formas de vida. Por eso ayer se convirtió en la avenida de la libertad, de la igualdad, de las reclamaciones y del orgullo de amar a quien a uno le dé la gana. En un ambiente festivo, reivindicativo y amoroso, cerca de 1.500 personas celebraron la Marcha del Orgullo, el punto culminante a la conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+.

Colectivos, partidos políticos, y sobre todo ciudadanos concienciados llenaron esta arteria de la capital en la tarde de ayer. Un desfile ya tradicional, en cuya cabecera lució la bandera del movimiento por la visibilidad transexual, motivo principal de la celebración de este año. También se reivindicaron los 40 años de la primera manifestación por la libertad sexual en Andalucía, en la que se desplegaron enseñas y mensajes de contra la discriminación, y que agudizaron el ingenio para reivindicar, algunos incluso pintándose la barba con los colores de la bandera multicolor.

El desfile finalizó en la plaza del Carmen con la lectura del manifiesto a cargo de Kim Pérez, la primera transexual que se presentó a unas elecciones en España.

Hubo música después de la solemnidad. Esta la puso la banda Café Suiza, que hizo bailar a todos los asistentes y alargó durante unos cuantos minutos más el festejo. Los participantes tardaron en irse de la Plaza del Carmen, alumbrados por los colores de la bandera multicolor que dejaron su impronta en la fachada del Ayuntamiento de la capital, en una tarde que fue cayendo poco a poco mientras se aliviaba el calor. Moría la tarde y dos chicas aguardando cruzar la calle Reyes, abrazadas, se dieron un suave 'piquito' bajo uno de los carteles decorados con la bandera LGTBIQ+. Camino a casa siempre gana el amor.