Política

De la guerra de titulares de 2017 a un alto el fuego en 2021: el proceso hacia el XV Congreso Provincial del PP de Granada

  • Que solo votase el 2% de los afiliados evidencia la necesidad del partido de reinventarse, una tarea que tendrá que gestionar Francisco Rodríguez tras ser avalado por las direcciones nacional y regional

Francisco Rodríguez se abraza con José Robles, tras ser elegido presidente, al término del XV Congreso Provincial del PP.

Francisco Rodríguez se abraza con José Robles, tras ser elegido presidente, al término del XV Congreso Provincial del PP. / Jesús Jiménez / Photographerssports

Dice el refrán que dos no se pelean si uno no quiere, pero en política hay que darle un matiz a ese dicho popular: dos no se pelean si uno no quiere... o si uno no tiene el apoyo suficiente para armarse antes de entrar en batalla. Algo así se ha visto en el PP de Granada, donde tras años de división, reproches y jugadas maestras, que incluso acabaron arbitradas por un juez, se ha producido un alto el fuego. Este sábado, Francisco Rodríguez fue elegido como presidente provincial en un XV Congreso cuyo proceso nada ha tenido que ver con aquel de 2017 en el que la tónica general fue una guerra de titulares, que incluso se extendió meses después de su celebración, pero que también contó con tres veces más de participación (y seguimiento) de los afiliados. 

Que la pandemia iba a marcar con su impronta el proceso era un hecho, como también lo era que el desgaste del partido tras las luchas internas, que se han venido sucediendo durante estos años atrás, iba a dejar su huella. Durante décadas, el dominio del PP era indiscutible. Sin embargo, su relevancia parece haber caído incluso entre los que han de mantener el partido a flote. O al menos, eso parece, cuando tan solo el 2% de los afiliados han formado parte del censo para votar al nuevo presidente provincial -algo para lo cual había que estar al corriente del pago de los 40 euros que supone la cuota del partido- e incluso hay quienes comentan en el seno interno que ciertos representantes políticos se plantean dejar de pagar la cuota tras haberse quedado fuera de la lista de asistentes al acto de este sábado.

Si bien es cierto que el aforo era reducido a tan solo 70 personas -las que cabían, según protocolo a raíz de las restricciones derivadas del coronavirus, en la sede de Andrés Segovia donde tuvo lugar la cita-, también lo es que hubo algún que otro cargo público que no recibió invitación, ni siquiera por deferencia, para acudir presencialmente. Y uno de estos apartados, pese a que la organización insistía en el hecho de que esta vez se trataba de un cónclave mixto a lo "performance virtual", fue Sebastián Pérez, ya que según fuentes cercanas al expresidente y concejal en el Ayuntamiento de la capital, aseguraron que no fue incluido (ni siquiera tanteado a entrar) en ese reparto de asientos de un acto del que fue protagonista cuatro años atrás. Y lo cierto es que, para bien o mal, el XIV Congreso Provincial celebrado en 2017 sí que captó con la atención interna y externa.

En aquel proceso hubo dos precandidatos: Sebastián Pérez y Juan García Montero. Sin embargo, el segundo no llegó a al corte mínimo de los avales, hecho que hizo que Pérez llegase al Congreso como candidato único, pero en mitad de una guerra de titulares y querellas con García Montero, que elevó lo ocurrido en el proceso hasta los Tribunales, pese a que al final quedase todo diluido años después y con un fallo a favor del que ya entonces había sido reelegido como presidente con el 97,2% de los votos, 1,2 puntos por debajo de la cifra obtenida por Francisco Rodríguez este año, aunque aquí hay varios matices.

Hace cuatro años estaban inscritos para votar más de 1.000 electores del PP (hubo 1.127 votos emitidos, de los que 1.093 fueron para Pérez, dos nulos y 29 en blanco), pero este Congreso han sido solo 338 votos, de los que 335 fueron para Rodríguez y tres fueron en blanco, algo que evidenciaría la falta de interés en esta ocasión, tanto dentro como fuera del partido. El hecho de que esta vez solo hubiera un precandidato muestra que se acabaron las voces críticas que se atrevan a entonar una nota más aguda (o grave, según se mire) que desentone con el dictado de las direcciones regional y nacional, tras el consenso entorno a Rodríguez.

Ni siquiera el senador y alcalde de Güéjar Sierra, José Antonio Robles, -con el que Rodríguez se fundió en un abrazo al término de Congreso como sello visible de la firma de paz- se atrevió finalmente a mover ficha, después de que su amago de presentar como precandidata a la alcaldesa de Las Gabias, Merinda Sádaba, quedase en nada cuando ésta finalmente rehusó la posibilidad y de que una llamada de Teodoro García Egea, quien cerró precisamente las listas municipales a Güéjar Sierra, lo invitase a no agitar el avispero, si quería seguir manteniendo una posición de relevancia en futuras elecciones nacionales. Adiós apoyo, adiós posibilidad de combatir.

Por otro lado, la propia consejera de Fomento, Marifrán Carazo, fue la que calmó a ese sector del partido que la ve a ella como presidenta, en aras de cerrar filas con la postura de la dirección nacional entorno a Rodríguez y evitar lo que se vive en otras provincias andaluzas, a las que incluso durante la celebración del Congreso se invitó a dejar las "confrontaciones internas" por el poder y remar en una misma dirección como hace Granada.

Lo que queda claro tras este Congreso es que la tarea de Francisco Rodríguez no será fácil, sobre todo en cuanto a recuperar esa relevancia como partido que ha ido (y sigue) desgastándose con el paso de los años. Ahora, le toca demostrar que, como afirmó en su discurso, "no nos podemos permitir dividirnos entre nosotros y más cuando tenemos a Cs y Vox que puedan buscar en nuestro electores". Empieza la reconquista para hacer del PP de Granada un "partido fuerte y unido".

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