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El manifiesto que alerta de que los estudiantes no saben afrontar lecturas complejas visto por un profesor de la Universidad de Granada: "Nos cuesta dios y ayuda que lean"

Biblioteca del Hospital Real.

Biblioteca del Hospital Real. / antonio l. juárez / PS

El Manifiesto de Liubliana, escrito hecho público el 10 de octubre de 2023, señala un horizonte preocupante. Se sabe "poco" de cómo influye la digitalización en la lectura y otras habilidades lectoras, pero todo apunta a que hay un "declive" que sobre todo se manifiesta en el nivel superior. Hay lectores, sí, pero con menos capacidad de afrontar textos complejos. Este manifiesto, que desde que se lanzó suma cientos de firmantes, apenas ha conseguido tres adhesiones de profesores de la Universidad de Granada.

El primero en firmar fue el profesor Juan Santana Lario, del Departamento de Filologías Inglesa y Alemana. Posteriormente, en los últimos días, han suscrito el texto el profesor jubilado Juan Mata, referente en actividades de fomento de la lectura, y Rafael Vázquez García, del Departamento de Ciencia Política y de la Administración.

"Me pareció una iniciativa muy positiva", sopesa Juan Santana Lario sobre su apoyo a este manifiesto. El texto, que puede consultarse en este enlace, ha sido apoyado por instituciones como la Universidad Politécnica de Cataluña. Se basa en un artículo, más amplio, que aborda la situación actual de la lectura, analiza la convivencia con la digitalización y lanza este aviso: "El mundo digital [...] incita mucho más a leer de forma superficial y dispersa, o incluso a no leer nada". Algo que choca con lo que se supone que tiene que ser el día a día universitario.

Santana Lario rehúye los catastrofismos, pero reconoce que el panorama es llamativo en las aulas. "Nos cuesta dios y ayuda que lean", asume sobre sus discentes, matriculados en el grado de Filología Inglesa, un aspecto sobre el que llama la atención este profesor, que da clase en la Universidad de Granada desde el año 85.

"El mundo de la imagen es evidente una competencia para la lectura", reconoce este docente, el primero de la UGR en suscribir el texto cuya primera adhesión fue la de Margaret Atwood. En los últimos días dos profesores más de la institución granadina han firmado el documento, algo sobre lo que también se expresa Santana Lario. "Desde 2006 hay una red de Universidades lectoras, con más de 40 socias. Están todas las universidades andaluzas, menos la Universidad de Granada".

En el aula, el día a día enseña que prohibir no va a ninguna parte, según este profesor, que rechaza contraponer lo analógico con lo digital. Eso sí, argumenta que hay una "deriva" hacia lo audiovisual desde lo textual. Si en los inicios de la popularización de internet había blogs, ahora hay cuentas de Tik Tok. "Tenemos muchas series que ver", ironiza.

"Se promueve un consumo rápido y eso es lo problemático", ya que, asegura, "hay una merma en la capacidad de reflexión y concentración". Eso sí, "nadie nos lo impone", sino que "nos dejamos atrapar".

¿Qué consecuencias tiene esto para la vida universitaria? "A veces me descorazono cuando les pregunto si conocen a un autor o una obra, pero no me desanimo". La última vez fue cuando preguntó por Woody Allen. De una clase de 60 estudiantes de Filología Inglesa ninguno conocía al estadounidense. "Y con los los libros pasa muchísimo".

"Antes lo hacía, cuando comenzaba el curso después de las vacaciones de verano preguntaba qué habían leído". Una vez un estudiante de 20 años le contestó que Harry Potter, una lectura que puede ser estupenda pero debería abrir puertas a otro tipo de textos, a evolucionar. Santana Lario también señala que no se puede generalizar y que en una Facultad como en la que él imparte clase hay de todo.

"La mejor campaña de lectura sería prohibir los libros", bromea el profesor, que señala que "lo tenemos tan fácil que no le damos importancia". En su trayectoria, este docente ha organizado actividades de fomento cultural como llevar a sus estudiantes al cine al Madrigal o al teatro, un certamen de poesía o un blog en el que cada alumno pudiera escribir sobre sus temas de interés. "Era un grupo de reporteros y reporteras maravilloso".

"Contra lo digital es tontería luchar", asume Santana Lario, que expone que la solución está en "ofrecer alternativas interesantes". "No todos tenemos que ser lectores profesionales", reconoce, para señalar que posiblemente desde la gestión educativa se podría mejorar.

El profesor de la UGR también es crítico con el propio manifiesto. "Creo que le falta hablar de la lectura como placer, algo que se ha defendido siempre. La finalidad última es el puro placer".

En la UGR acciones como la adhesión a distintos escritos y manifiestos en habitual. Por ejemplo, el lanzado en defensa del Estado de Derecho y contra la amnistía contaba tras su lanzamiento un centenar de firmas de profesorado de Derecho.

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