La situación de falta de lluvias tensa, aun más, la gestión de los recursos hídricos en Granada. La provincia, que depende -excepto la franja litoral- de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) se prepara para un escenario de "incertidumbre", tal y como se indicó en la comisión de desembalse y de carencia de lluvias. Desde el 2 de noviembre, cuando se declaró por parte de la Confederación la situación de sequía, apenas ha llovido y los embalses están a menos de un tercio de su capacidad.

El Gobierno, por su parte, prepara el Real Decreto Ley de sequía, que será el documento que marque el paso a las restricciones. Por ahora, el agua para suministro humano está asegurada para los próximos tres años. La situación es mucho más delicada en el campo. "Si no llueve en estos quince días, sería el bimestre más seco de los últimos cuarenta años, desde 1980. No ha llovido ni el 10% de lo que suele llover en estos meses". Todas las provincias están por debajo de la media, incluida Granada, que es precisamente, donde menos ha llovido de toda la demarcación en estos meses. Esta norma establecerá obras de emergencia prioritarias para garantizar el suministro y cuestiones relacionadas con el pago de tasas y cánones.

En la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir se contabilizan 21 sistemas de abastecimiento que atienden a más de 20.000 habitantes, con recursos superficiales y subterráneos, "y que por tanto tienen la obligación legal de disponer de un Plan de Emergencia ante situaciones de sequía", se indica en el Plan Especial de Sequía (PES). En el caso de Granada, deben realizar estos documentos los municipios de Loja y Baza. En el caso de Área Metropolitana Granada Genil (con más de 400.000 habitantes) la responsable es Emasagra y, para Área Metropolitana Granada Deifontes (con otros 142.000 ciudadanos), Aguasvira.

Según la información recogida por este diario, tanto Emasagra como Aguasvira han presentado sus respectivos documentos que recogen las medidas a acometer en la situación de emergencia por sequía. Estos informes están ahora en proceso de revisión y análisis por parte e la Confederación. En el caso de Baza y Loja, los dos municipios deben entregar sus respectivos planes.

El alcalde de Loja, Joaquín Camacho, explica que se trabaja en "readaptar" los distintos documentos con los que trabaja el Ayuntamiento y los regantes para elaborar el plan de emergencia "en base a las indicaciones de la Confederación". Estará listo "lo más rápidamente posible". "Se han de tomar decisiones", indica el regidor, que insta a la responsabilidad en la gestión de un recurso que es limitado.

Loja y poblaciones anexas se surten a partir de cuatro manantiales. Camacho indica que el consumo humano no corre riesgo, ya que las aguas subterráneas están a un nivel aceptable, aunque sí es más bajo que hace un año.  "Ha bajado, pero no tenemos ninguna percepciones de tener que restringir el agua para los domicilios", señala Camacho. que insiste en que "cada uno en su casa, en su negocio, en su parcela" sea responsable.

Además de elaborar el plan de emergencia, el alcalde lojeño indica que se trabaja en estudios para determinar la posibilidad de sondeos nuevos para surtir a los regadíos. "En cuando tengamos seguridad" de que hay agua y ésta pueda ser extraída "se pedirá colaboración" a las distintas administraciones para hacer uso de esos recursos. La cuenca sufre la consecuencias del quinto año más seco de los últimos 25 años.

La situación es grave. El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, indicó recientemente en declaraciones recogidas por Europa Press que "habrá que seguir tomando medidas restrictivas" si se mantiene la situación actual de "sequía pertinaz", siempre bajo la premisa de garantizar el abastecimiento humano, algo que está garantizado "en torno a dos años y medio, casi tres".

Fernández apuntó que "lo que es importante es que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir" ya ha redactado un borrador que ha sido remitido al Ministerio de Transición Ecológica y en el que "se propone que puede haber un decreto legislativo para propiciar ese decreto de sequía". Es el Ministerio de Transición Ecológica al que le corresponde hacer la propuesta al Consejo de Ministros para que "se puedan acordar esas medidas extraordinarias de cara a compensar la situación y los perjuicios que como consecuencia de la situación pertinaz de sequía que sufrimos en este momento".

En 2018 ya hubo una limitación del 10% respecto a las concesiones que hay otorgadas a las comunidades de regantes, en 2020 fue del 20% y este año ha sido del 50%. "Si esto sigue así, habrá que seguir tomando medidas restrictivas, siempre garantizando el agua de consumo humano", indicó.

El Plan Especial de Sequía (PES) de la Confederación establece medidas como el aumento del control de aprovechamientos y vertidos. También se establecen reservas estratégicas que se destinan a garantizar el agua para consumo humano. Por otro lado, se añade la necesidad de estudiar posibles reservas de agua subterránea y la activación de "transferencias internas" de recursos. Se podrá precintar, además, captaciones de agua que no estén autorizadas.

La previsión no es buena. Según el análisis detallado mostrado en la comisión de desembalse, la situación de falta de lluvias podría prolongarse, aunque a primeros de marzo podrían registrarse algunas precipitaciones. "Todo hay que verlo con precaución". Las predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tampoco son halagüeñas, con un 50% de posibilidades de año seco.

Los datos datos por el presidente de la CHG, Joaquín Páez, apuntan a un escenario preocupante. Hay en la cuenca 965 hectómetros cúbicos menos que hace un año. La Confederación gestiona todos los embalses de Granada, a excepción de Rules y Béznar, que dependen de la Junta de Andalucía. Las precipitaciones n un 42% inferiores a la media de los últimos 25 años, y las aportaciones están un 85% por debajo que la media de este último cuarto de siglo. El Real Decreto de sequía está a la espera de perfilar los últimos flecos de "carácter jurídico y técnico que la norma requiere", indicó Páez. Con este panorama, se anunció que se controlarán "al máximo" los consumos para que no haya "agravios comparativos". Asimismo, se trabajará por la Policía Autonómica y la Guardia Civil "para ser más eficaces" en los controles. "Habrá restricciones en todos los sistemas de la cuenca".

Los pozos

En la comisión de desembalse se indicó, en relación a la propuesta de dotación para los riegos, que "veremos cómo disponer de los pozos" de emergencia que se integran en el sistema de Quéntar-Canales, que es de donde se surte Emasagra para abastecer a Granada y su Área Metropolitana. Según se indicó en la comisión, se prevé una dotación en este sistema de 2.000 metros cúbicos por hectárea. Se reseñó también el papel de la nieve de Sierra Nevada para mantener los niveles de agua. En este sentido, se indicó que, según las estimaciones realizadas por el Ministerio, en el macizo hay unos cinco hectómetros cúbicos de nieve, mientras que lo habitual a estas alturas del año es estar entre los 15 y los 20 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve.

Desde Granada, regantes de Albolote reclamaron precisamente en la comisión de desembalse que se haga uso de los pozos de emergencia también para las parcelas agrícolas, ante la situación de extrema escasez. Se pidió hacer uso de este recurso para que "se pueda aliviar" a los regantes de la zona, que tienen limitadas las dotaciones de agua. Asimismo, se instó a que "es el momento" para que estas infraestructuras se pongan al servicio, precisamente, de los regantes.

Los embalses de Granada gestionados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir están, de media, a un 29,69% de su capacidad. Bermejales está a un 24%; Canales, al 59%; Quéntar, al 46%; Cubillas, al 52%; Colomera, al 14%; el Francisco Abellán, al 26%; Negratín, al 28%; Portillo, al 70%; y San Clemente, al 13%. Las unidades territoriales de Bermejales, Vega Alta y Media y Vega Baja están desde noviembre en alerta, según el informe mensual de sequía, mientras que la Hoya de Guadix y la zona del norte de la provincia que pertenece al Sistema de Regulación General se encuentran en emergencia.

Hasta la fecha, según los datos recogidos en Lancha del Genil, no se ha recogido lluvia en lo que va de febrero, cuando la media para todo el mes es de 44 ,01 litro por metro cuadrado. En lo que va de año hidrológico se suma un registro de 115,2 litros por metro cuadrado, cuando, a estas alturas de curso el promedio -calculado con datos desde 1960- es de 243,65 litros por metro cuadrado. 

Los efectos en el campo 

El escenario de falta de lluvias afecta fundamentalmente al campo.  Desde Asaja se indicó que el cultivo que más está sufriendo los estragos de la sequía es el cereal. "Podrá salvarse parte de la cosecha si llueve pronto o se perderá por completo", indican la Asociación en un comunicado

La situación de sequía también es lacerante para la ganadería extensiva "por la falta de pastos, lo que obliga a cubrir las necesidades alimenticias del ganado con pienso y forrajes que han sufrido incrementos de precio de más del 30%, a lo que se suma también el coste de suministro de agua por su merma en los abrevaderos".

"No es menor problema los daños en cultivos de la fauna silvestre, principalmente conejos, por la falta de comida en las cunetas, ribazos o taludes", añade Asaja, que apunta que "también preocupan los forrajes de secano, principalmente la alfalfa", el olivar y el almendro, que carecen de las reservas de humedad que son necesarias para los próximos meses. En la comisión de desembalse los regantes incluso pidieron que se redujera el caudal ecológico.