La estampa que anuncia todos los años el comienzo de las rebajas, la carrera congelada en las páginas de los periódicos de un grupo de compradores cuando El Corte Inglés abre sus puertas, tenía en esta ocasión un aire muy diferente. Los primeros que cruzaron el umbral del centro comercial de la Acera del Darro fueron dos hombres: un adolescente y uno de mediana edad. Nada de marujas a la caza del sueño que pueden permitirse sus bolsillos, ni jovencitas dispuestas a todo por lograr el 'look' perfecto... Las cosas están cambiando en la sociedad y, según los comerciantes, no para bien en el sentido económico.

El propietario de Baboom, una tienda surfera de la calle Puentezuelas, cuenta que esta temporada está siendo flojísima y que ayer la cosa seguía igual. "Hay un chorreíllo de ventas, pero de camiseta en camiseta. Otros años el primer día de rebajas la gente se compraba tres o cuatro prendas", comentaba. "No sé como vamos a salir. Yo calculo que terminaremos esta temporada con una deuda de 12.000 euros. Todo lo que hemos ganado en los años anteriores lo perderemos en este", comentaba.

Ramón Burgos, del departamento de comunicación de El Corte Inglés, se mostraba más optimista, aunque reconocía que las ofertas que habían hecho este año eran superiores a las de temporadas pasadas. "Esta campaña de rebajas es especial por la situación que atravesamos. Hemos empezado haciendo descuentos que llegan al 50% para que la gente se movilice y salvar la temporada".

Por las calles se veía menos gente con bolsas que en años anteriores, aunque había tiendas en las que los clientes tenían que armase de valor para entrar. Por ejemplo, Woman Secret, con colas que daban la vuelta al establecimiento. Algunas de las pacientes compradoras que aguantaron hasta llegar a la caja tuvieron que soportar esperas de casi una hora. Entre ellas Miriam Gómez, que había logrado su objetivo de hacerse con un par de bikinis.

Lacosste, un poco más arriba, estaba casi vacía. "La cosa está mucho más floja que otros años, como ha sido toda la temporada", señalaba Jessica Fernández, una vendedora del local.

Y eso que ayer las rebajas, en casi todos los sitios, empezaron de forma muy agresiva. Pupus Shoes, en la Gran Vía, anunciaba en su escaparate con enormes letras de colores que en el interior había descuentos que alcanzaban el 70%. Un poco más adelante, en El Caballo, había carteles del 20 al 60%. Y, sin embargo, sólo unos metros más adelante la franquicia de Cállate la boca no tenía rebajas. "Las cosas van bien", se limitaba ayer a explicar el vendedor.