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La rectora de la Universidad de Granada: "Dejan abiertos los bares y cierran las aulas"

  • Pilar Aranda valora que la orden que prevé que la docencia pase a la modalidad online durante quince días desde el jueves puede conculcar la autonomía universitaria

La rectora de la Universidad de Granada, durante su comparecencia.

La rectora de la Universidad de Granada, durante su comparecencia. / R. G.

"Sorprendidos y tristes”. Así se manifestó la rectora de la Universidad de Granada (UGR), Pilar Aranda, en la valoración que ofreció tras el Consejo de Gobierno en el que se aprobó la suspensión de la docencia presencial durante quince días en la UGR a partir del jueves. La medida afecta a 45.500 estudiantes de grado, otros 6.000 de posgrado, 3.600 docentes e investigadores y otros 2.600 trabajadores de administración y servicios.

Aranda manifestó que nadie del equipo de gobierno de Juanma Moreno se había puesto en contacto con la Universidad, salvo el consejero de Transformación Económica, Rogelio Velasco, para recabar datos o adelantar la medida. “Alguien nos tendrá que explicar un poquito”. También dijo que está a la espera de ver la orden o el decreto en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) para saber en qué consiste la medida tomada por la Junta y que supone un duro golpe a la institución, que ha invertido tiempo, dinero y esfuerzo en mantener la presencialidad segura en sus aulas. “Somos una Universidad segura”, insistió la rectora, que señaló que la institución cumple “escrupulosamente” con los protocolos marcados para evitar la transmisión de la enfermedad.

“Desconozco el amparo legal” de la norma anunciada, por lo que Aranda valora que “creo que se ha conculcado la autonomía universitaria”. Aunque no quiso profundizar esta opinión, destacó que “no tengo el manual de instrucciones” de lo anunciado, por lo que desconoce si afecta a las prácticas y a las bibliotecas o cómo se aplicará en los laboratorios. Tampoco se sabía cómo afectaría al personal de administración y servicios y al profesorado.

“No entendemos” la decisión que la Junta indica que tomó el comité de expertos, señaló la rectora, que manó ayer un comunicado a la comunidad universitaria para dar a conocer las medidas. “Hemos invertido dos millones de euros” en material de protección, señalización y adaptación de los centros y “no tenemos ningún brote”, subrayó la rectora, que opinó que la decisión se ha precipitado tras los hechos del pasado fin de semana en la calle Ángel Ganivet de la capital granadina, donde decenas de jóvenes se concentraron en la zona de ocio tras el cierre de los locales, lo que obligó a intervenir a la Policía Local.

“Me entristece profundamente que se valore más a los bares que la vida universitaria”, con los que no se ha tomado ninguna medida restrictiva. “Los bares los dejan abiertos y cierran las aulas, las bibliotecas y los laboratorios”. “Parece que se entiende que es mejor que se vaya a los bares”, que a las facultades, esgrimió Aranda, que achacó lo visto el pasado fin de semana en el centro de Granada a “comportamientos ciudadanos”, no necesariamente de universitarios. Además, esa zona de ocio “no es frecuentada por estudiantes”.

Sobre cómo se ha desarrollado la toma de decisiones desde la Junta, Aranda indicó que únicamente recibió la llamada del consejero Rogelio Velasco. “Llamé al delegado del Gobierno en Granada, Pablo García, y he intentado hablar con el alcalde”, Luis Salvador. El primero remitió ayer una nota de prensa en la que indica que la toma de medidas en el ámbito universitario “busca evitar otras de mayor calado, como el cierre de locales o la limitación de horarios, en un sector ya de por sí muy dañado”. Con el segundo posiblemente se retome el diálogo hoy mismo, ya que la Universidad está convocada a la junta de seguridad ciudadana prevista por el Ayuntamiento de la capital tras verse las imágenes del centro la madrugada del sábado al domingo.

Como ya hiciera el pasado jueves tras la primera andanada del consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, Aranda de nuevo pidió “rigor científico” a la hora de tomar decisiones. Reconoció que hay casos en colegios mayores y residencias, pero también expuso que “la Universidad no puede entrar en esos centros” que son de gestión privada y con los que “tenemos una relación extraordinaria”. Tanto los colegios mayores como las residencias adscritas a la Universidad cuentan con protocolos para evitar contagios.

La UGR indicó ayer que desde el 21 de septiembre acumula 236 casos de estudiantes que han dado positivo y otros 22 docentes y personal de administración y servicios. En cuanto a los aislados, son 840 entre los estudiantes y 148 entre el personal. La Universidad cuenta con unos 45.500 estudiantes de grado, de los que 19.500 son granadinos mientras que el resto, unos 26.000, son de fuera, fundamentalmente de otras provincias, según los datos de la última memoria académica.

A partir de ahora pasarán a una modalidad de docencia a distancia, un escenario B que recogen las guías docentes y los planes de contingencia aprobados por los centros, facultades y escuelas. Sin embargo, desde la Delegación General de Estudiantes (DGE) indicaron que es necesario regular la docencia online, una petición que, aseguran, repiten desde el mes de marzo con el fin de garantizar que todo el profesorado se comprometa a impartir la docencia virtual con unos mínimos que garanticen, en su opinión, la formación de los estudiantes.

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