Resultado partido Granada CF - Athletic

Finalistas para toda una ciudad

Carlos Fernández desolado tras el pitido inicial con los jugadores del Athletic al fondo celebrando el pase a la final.

Carlos Fernández desolado tras el pitido inicial con los jugadores del Athletic al fondo celebrando el pase a la final.

En un ambiente nunca antes visto en Los Cármenes, el Granada CF rozó la final de la Copa del Rey que se escapó en una semifinal que deja para el recuerdo a toda una ciudad entregada a su equipo. Los de Diego Martínez hicieron méritos más que suficientes para pasar la eliminatoria pero un tanto de Yuri a nueve minutos del final rompió todas las ilusiones de una grada entregada que latió más que nunca en rojiblanco. La victoria más amarga de la historia reciente del club granadino deja un legado que ojalá se aproveche en el futuro pues la alegría que se vivió en la jornada de este pasado jueves deber servir para sembrar la semilla del granadinismo para siempre.

Espoleados por una afición entregada, el choque fue muy intenso. El conjunto de Diego Martínez tenía que aprovechar la presión de la grada para asustar a su rival y los locales arrancaron el duelo mordiendo. Cada acción, balón dividido o duelo con los jugadores del Athletic se vivía como si fuera el último. Los vizcaínos trataban de frenar este inicio presionante rojiblanco retrasando la puesta en juego del esférico cada vez que se paraba el juego. Y es que entrar en el juego del Granada CF no les beneficiaba.

Con Yangel Herrera como claro ejemplo de cómo afrontar un duelo de esta trascendencia y liderando a su equipo en la medular, durante gran parte del primer acto se jugó en campo contrario. Y es que los de Gaizka Garitano tenían muy poca calidad en el centro del campo pues la dupla San José-Mikel Vesga no era capaz de contrarrestar el empuje granadinista. Por ello, era por medio de envíos en largo en busca de Raúl García para que prolongara de cabeza y explotar la velocidad de Williams como trató de acercarse a las inmediaciones de Rui Silva.

Carlos Fernández celebra con rabia el primer tanto de los rojiblancos. Carlos Fernández celebra con rabia el primer tanto de los rojiblancos.

Carlos Fernández celebra con rabia el primer tanto de los rojiblancos. / Álex Cámara

Pero en citas como esta, a veces la ansiedad pasa factura y, por momentos, los locales la sufrieron pues querían llegar demasiado rápido al área de Unai Simón. La banda izquierda funcionó muy bien con un Carlos Neva crecido que buscaba generar mayoría en banda junto a Machís. Sin embargo, se abusaba de centros frontales ante los que la zaga del Athletic se encontraba muy cómoda pues Unai Núñez, Íñigo Martínez y Yeray son gran especialistas en el juego aéreo.

Intenso

Los disparos desde fuera del área eran el principal argumento ofensivo rojiblanco, pero la mejor ocasión de los visitantes llegó por un error propio en el minuto 23. Fue por medio de un centro de Williams al corazón del área que Víctor Díaz, en su intento por despejar, casi introduce el esférico en propia puerta pero Rui Silva reaccionó rápido y despejó a córner. El susto afectó al Granada CF, al que le costaba asustar a su rival en ataque. De hecho, rondando la media hora San José y, sobre todo, Raúl García, gozaron de dos claras ocasiones. Fueron las mejores oportunidades de un primer acto que dejó para la reanudación lo mejor del choque.

Por delante

Porque la segunda mitad no pudo empezar mejor para los de Diego Martínez. A los dos minutos, un centro desde la izquierda de Darwin Machís lo remató de manera impecable Carlos Fernández, marcando los tiempos con la testa para igualar la eliminatoria. Se había logrado lo más difícil con 45 minutos por delante y un estadio entregado. Y lejos de relajarse, los nazaríes buscaron el segundo tanto espoleados por una afición que creía en la remontada. Y vaya si creyó aunque a la hora de partido Yangel Herrera cayó lesionado.

Estalla Los Cármenes

Una vez más, la casta de este equipo salió a relucir y se rehízo a lo grande. Con un Carlos Neva inmenso, que percutió constantemente por su banda, y con Carlos Fernández generando muchas dudas a la zaga bilbaína, las ocasiones de Machís y el propio Neva fueron el anticipo de la explosión de júbilo cuando en el 76’, Germán Sánchez se impuso por alto a Unai Núñez para acercar un poquito más a su equipo a Sevilla. Era el momento del oficio, de presionar y darlo todo, aspectos que no se le pueden reprochar a unos jugadores que a nueve minutos del final sufrieron la cara más dura del fútbol.

Momento en el que Germán anota el segundo tanto de los rojiblancos. Momento en el que Germán anota el segundo tanto de los rojiblancos.

Momento en el que Germán anota el segundo tanto de los rojiblancos. / Álex Cámara

Y fue así gracias al tanto de Yuri Berchiche que recordó al que marcó Lodi en el duelo ante el Atlético de Madrid y que rompió con las ilusiones de 20.000 granadinos que se veían en el Estadio de La Cartuja hispalense. Con Germán de ariete, junto a Fede Vico y el debutante Antoñín en ataque junto a Carlos Fernández, Machís y Antonio Puertas, se buscó un tercer tanto que no llegó para alegría de los seguidores vascos.

La afición granadina despidió a sus jugadores cantando el himno y aplaudiéndoles

La imagen de todo un estadio cantando el himno, coreando a Diego Martínez y aplaudiendo a rabiar a sus futbolistas quedará para la historia porque, aunque la final ya no se jugará, para toda una ciudad el Granada CF lo es. Y en el corazón de muchos niños, que vivieron una jornada especial, quedará la semilla de lo que debe ser el futuro de este club. Otra vez será.

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