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Jazz

Marcando los tiempos

  • El guitarrista John Scofield rinde tributo a sus referentes musicales con un disco de rico lenguaje

John Scofield, Bill Stewart y Vicente Archer.

John Scofield, Bill Stewart y Vicente Archer. / Nick Suttle / ECM records

John Scofield (1951) bautiza su nuevo álbum en ECM con el título de una canción que los californianos Grateful Dead, reyes de rock lisérgico de los sesenta y setenta del pasado siglo, incluyeron en su formidable trabajo Workingman Dead (1970). Compuesta por Jerry Garcia y Robert Hunter, Uncle John´s Band clausura un doble disco, en cedé y vinilo, en el que también encajan versiones del Mr. Tambourine Man de Bob Dylan, Old Man de Neil Young, Somewhere de Leonard Bernstein y, por supuesto, de un bloque de estándares del jazz, suscritos por gigantes de la talla de Miles Davis y Bud Powell (Budo) o Ray Brown y Gill Fuller (Ray’s Idea). Con estas lecturas, el guitarrista y compositor de Dayton, Ohio, parece querer redimensionar desde el tiempo presente las influencias que dieron forma a su perfil profesional y personal. Y bien que lo consigue.

Para los más desinformados, es necesario subrayar la importancia de Scofield en la evolución de la guitarra contemporánea de jazz. Su acreditado estilo se fue forjando al comienzo junto a maestros del jazz como Gerry Mulligan, Charles Mingus, Chet Baker o Miles Davis para volar luego en solitario de la mano de una crónica que abarca más de 30 álbumes a su propio nombre. ¿Los más destacados? Pues podríamos señalar títulos más que recomendables como Still Warm (1986), Time On My Hands (1990), Quiet (1996) o, más recientemente, el citado Swallow Tales. Hasta tal punto es decisiva su figura que el especialista Richard Cook lo señaló en su Jazz Encyclopedia (2005), junto a Bill Frisell y Pat Metheny, como “el más significativo e influyente guitarrista desde Wes Montgomery”. No es poca cosa, no.

Si su precedente Solo (ECM, 2022), registrado sin más compañía que su guitarra y efectos, ya abrió hueco a composiciones de mitos del rock’n’roll y country como Buddy Holly y Hank Williams, este nuevo trabajo dilata su narración y la hace discurrir por un versátil territorio que orbita alrededor de las formas jazzísticas, impulsadas por tonalidades procedentes de folk, country, soul o funk. Las mismas que aparecen que las siete composiciones del líder que vienen a redondear este elegante trabajo y en las cuales se pone de manifiesto la dimensión de una partitura a menudo ensombrecida por su capacidad instrumental.

Con estructura análoga, aunque distinta nómina, a su anterior Swallow Tales (2020), Scofield se decanta aquí por el formato de trío para activar este catálogo, con el siempre brillante Bill Stewart repitiendo en la batería y Vicente Archer tomando los mandos del contrabajo. Un grupo con el que el líder siente que puede llegar “a cualquier parte” y que advierte la importancia de la energía, pero también de la sutileza, en un repertorio de confortable cromatismo armónico y lúcidos procesos melódicos.

Hoy por hoy, a punto de cumplir los 72 años, Scofield no da señales de añorar el pasado, sino que se exhibe en plena forma, equilibrado e imaginativo, exprimiendo con soltura los recursos de su instrumento, a través de efectos de pedal o púa, y dialogando con dos acompañantes de altura. Basta con acudir a este excelente Uncle John’s Band para cotejar un dulce estado donde pasado y presente caminan de la mano, conectados por una emotiva perspectiva que termina cautivando.

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