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Silencio por la matanza de Arizona

  • Obama encabeza el momento de duelo por las víctimas del tiroteo · El acusado comparece ante un juez para una vista preliminar · Expertos culpan al Tea Party de introducir en el debate político un "lenguaje combativo"

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, encabezó ayer el minuto de silencio declarado en el país para condenar el tiroteo del sábado en Tucson (Arizona), en el que murieron seis personas y 14 resultaron heridas, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords.

Obama y su esposa, Michelle, comparecieron con gesto solemne en el jardín de la Casa Blanca para cumplir con el momento de duelo a las 11:00. Junto a ellos, se encontraban altos funcionarios y personal de la Casa Blanca. La ceremonia comenzó con tres toques de campana, tras lo que el presidente, su esposa y el resto de los presentes bajaron la cabeza y cerraron los ojos durante un minuto.

Al término de la ceremonia, abrazados, el presidente y su esposa regresaron a la residencia presidencial, sin hacer declaraciones. El momento de silencio fue seguido también en el Capitolio y otros lugares en todo el país.

Seis personas, entre ellas una niña y un juez federal, murieron en el tiroteo ocurrido en Tucson contra la congresista demócrata durante un acto con votantes.

El acusado del incidente, Jared Lee Loughner, de 22 años, compareció ayer ante un juez para una vista preliminar, en la que se le presentaron formalmente una serie de cargos, entre ellos el de asesinato de funcionarios federales mientras cumplían su deber y el intento de asesinato de la congresista.

Aunque el tiroteo fue preparado y ejecutado aparentemente por un joven en solitario, muchos apuntan como caldo de cultivo el lenguaje inflamatorio de algunas facciones políticas, como el del ultraconservador Tea Party.

El columnista y escritor Joe Klein, autor del libro Primary Colors, es uno de los que ha criticado el lenguaje combativo que han lanzado personalidades como el comentarista Gleen Beck, defensor del movimiento que lidera la ex candidata republicana a la vicepresidencia Sarah Palin. "Glenn Beck trafica con las teorías conspirativas más locas y ridículas. Cuando te encuentras con figuras promoviendo puntos de vista como éste, eso hace que la temperatura se eleve", dijo a la CNN.

Otros expertos culpan al Tea Party de introducir en el debate político términos violentos o militares. Palin precisamente había puesto a Giffords en su "punto de mira" durante las últimas elecciones, en un mapa en el que se veían varios "objetivos" a batir. Su oponente republicano basó su campaña en un lema tan peculiar como "Ayuda a quitar a Gabrielle Giffords de su puesto" e invita a sus seguidores a "disparar un rifle automático M16 con Jesse Kelly."

La congresista, cuyas oficinas fueron atacadas el día que la Cámara de Representantes aprobó la reforma sanitaria, había denunciado esta violencia verbal contra su figura. El domingo, cuando unos periodistas preguntaron a su padre si la congresista tenía enemigos, no dudó: "Sí, todo el Tea Party".

En este entorno combativo, hay quien defiende que aunque el lenguaje político es pura retórica, hay mentes desequilibradas que se ven invitados a usar la violencia.

El Tea Party no tardó en defenderse. Uno de sus simpatizantes, el comentarista Steve Malzberg, negó que el uso de términos bélicos sea patrimonio exclusivo de los conservadores. "Todo el mundo utiliza este vocabulario. No es un lenguaje violento, lo hemos utilizado durante años. ¿Acaso el presidente Obama no lo utiliza?".

Aunque algunos políticos se mostraron hoy a favor de suavizar el lenguaje y reducir la temperatura del discurso político, algunas facciones del Tea Party no se dieron por aludidas. El Tea Party Nation (TPN) advirtió el domingo a sus miembros, en un mail, que en los próximos días tendrán que defender su movimiento del ataque de los "izquierdistas", según informa la revista The Atlantic.

En el Capitolio, legisladores ambos partidos han reclamado la necesidad de reflexionar sobre lo ocurrido y enfriar la dura retórica en temas polémicos como la reforma sanitaria y de inmigración.

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