Belén Mazuecos, la puerta que se abre a los misterios del arte
Arte en Granada
Granada/No me resisto a desarrollar una idea que siempre me ha rondado y que creo que tiene mucho que ver con la figura de Belén Mazuecos: la arbitrariedad existente en el mundo del arte y los condicionamientos que acontecen en la propia existencia del arte de hoy en día. El nombre de Belén Mazuecos en el arte de Granada está menos valorado de lo que realmente supone como artista. Ella es tremendamente humilde, está muy al margen de esos episodios desorbitados, quizás de excesivas exuberancias dialécticas y de alharacas estentóreas que tanto abundan en el mundo del arte en el que pasa de puntillas con unos valores que podemos considerar como de los de mayor interés artístico no sólo de esta ciudad sino de toda España.
Ella es pintora de muchísima entidad; excelsa dibujante en posesión de los mejores reconocimientos que existen en la modalidad –el Gregorio Prieto y el Laguna de Venecia-; también hemos visto buenas y sensatas acciones intervencionistas en instalaciones de peso. Fue durante unos años una gestora que trabajó mucho y bien para que el Arte que tenía lugar en la Universidad de Granada tomara unos nuevos rumbos; al frente de la Madraza llevó hasta allí importantes muestras que relanzó como gran espacio expositivo de la ciudad la sala que se encuentra en lo que era la antigua universidad de Yusuf I.
Como profesora en la Facultad de Bellas Artes posee la máxima solvencia motivadora hacia unos alumnos que la tienen cercana y que es espejo donde mirarse para saber de los infinitos entresijos de la creación. Desde la semana pasada es Catedrática de la UGR. Por eso, Belén Mazuecos es artista total; artista grande, con una infinita capacidad creativa, una técnica determinante, sin fisuras, capaz de llevarla por los más complicados derroteros y asumir cualquier difícil situación con solvencia y suma garantía de suprema artisticidad. Además es un artista en la que siempre confiar; dispuesta a participar allí donde la llaman y a dejar constancia, con toda la humildad, que no es más artista el que más suena sino el que mejor lo hace.
Belén Mazuecos es pintora culta; no de esa cultura fácil, efectista y aprendida para empatizar en foros poco enterados. Ella es consciente de todo lo que ocurre en el mundo del arte. Es conocedora de sus entresijos, de aquellos en los que se cuecen tantos presupuestos, donde la práctica está condicionada por muchos planteamientos conceptuales que prevalecen, muchísimas veces, sobre la propia dimensión formal. Siempre le ha preocupado los factores que intervienen en la realidad artística, sobre todo, los que manejan la profesión y que tanta influencia tienen en el propio discurrir de lo artístico; los que intervienen en esa dinámica tan compleja en la que directores de museos y centros de arte, los críticos estrellas y los galeristas manejan todos los esquemas y dejan la obra del arte y los autores en un segundo plano totalmente a expensas de unos criterios interesados que ponen muchas de las bases el arte contemporáneo.
Belén Mazuecos, desde el 2016, viene trabajando en esta idea y que ella titula Genius Loci. Apuntes para una etnografía del mundo del arte, presupuestos que parten de lo que el historiador Juan Antonio Ramírez llamaba el ecosistema del arte; es decir, la supervivencia de unas acciones artísticas, incluso de lo que unos autores puedan llevar a cabo, está supeditada a lo que otros realicen. Las circunstancias del arte son tan determinantes, sus intervenciones son tan fundamentales, que el artista y su obra subsisten, se hacen realidad, llegan a considerarse porque una serie de factores intervienen para que ello sea posible.
Dicho de otro modo, la creación artística está en manos de agentes extra-artísticos que imponen su ley casi depredadora. Belén Mazuecos realiza una sabia metáfora de estos planteamientos. Recrea, con un moderado, pero poderoso y solvente lujo de detalles pictóricos, un paisaje, el artístico, donde se desarrolla la creación. En él actúan todo los factores que intervienen en su desarrollo; son los salvadores del arte, los genios protectores de los artistas que asumen, además, un papel más definitivo, el mover los hilos que ellos quieran para que el sistema funcione.
La exposición
En la exposición en el Centro Damián Bayón de Santa Fe, Belén Mazuecos mantiene el sentido metafórico del arte y sus muchas circunstancias intervinientes, que es centro neurálgico de su obra. No obstante, la artista granadina da un paso adelante y sitúa sus obras en una dimensión metafórica mucho mayor. Sus elementos habituales, los personajes travestidos de osito panda, sus paisajes indefinidos en blanco negro -siempre el blanco y negro; el lápiz, la tinta y el óleo; el dibujo sobresaliente y clarificador-, adquieren un tinte infinitamente más pararreal.
Los personajes, además, se presentan asimilados a unas características físicas que metamorfosean su fisonomía abriendo las perspectivas significantes y dando posibilidad a unos planteamientos que, aunque incidiendo en las propias circunstancias de ese trasfondo meta-artístico que caracteriza su obra, encontramos unas marcas que acentúan ese carácter y ofertan una nueva realidad de mayor intensidad metafórica.
En esta muestra en el magnifico espacio expositivo de Santa Fe nos volvemos a encontrar el particularísimo lenguaje artístico de Belén Mazuecos, su pulcro dibujo definidor de mágicas circunstancias, su concepto plástico bien sustentado por una idea que pone el dedo en la llaga de muchos de los postulados del arte actual, los planteamientos de una pintura a la que ella impone una máxima potestad y que nos hacen participar de las fórmulas pictóricas de una artista que si siempre nos pareció grande y llena de solvencia, ahora, la encontramos en esa sabia joven madurez donde su trabajo adquiere un mayor y nuevo sentido.
Belén Mazuecos es esa artista que siempre convence porque sus planteamientos no son productos de modas interesadas ni de arbitrarias circunstancias. Su lenguaje único, su poderoso trabajo plástico con su dibujo definitivo y su concepto claro de lo artístico nos vuelve a situar a una artista que es trascendente en un universo donde casi todo se parece a casi todo.
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