Tiro porque me tocas, la segunda edición estival del Festival de Circo y Artes Urbanas (CAU) se consolida entre las propuestas culturales del verano granadino, sumando más de 800 espectadores en su veintena de días de programación. Esta penúltima semana ofrece en el Palacio de los Córdova tres propuestas de distinto formato que tiene la intención de despertar “las ganas de compartir y reír”, según su directora artística, Rosa Colell.

La cuarta semana arrancó ayer con circo y arte jondo, fusión que plantea la compañía Chicharrón Circo, que “apuesta por un flamenco que, valorando y enriqueciéndose del pasado, se sustenta en una línea más heterodoxa donde la fusión con otras artes escénicas potencia aún más su valor cultural y social”. Sin Ojana, espectáculo recomendado por la Comisión de Circo de la Red de Teatros Públicos y reconocido con el primer premio Panorama Circada 2020 entre otros, llegó anoche a los pies de la Alhambra para dar cuenta de este mestizaje de artes que atrapa entre el humor y el drama.

Esta noche será el turno de Mentir lo mínimo, el trabajo de la compañía Alta Gama que se sitúa a medio camino entre el teatro y el circo. Con una propuesta minimalista, que parte de la base de que la sencillez es la esencia para sentir lo que no se ve, traen un montaje simple, poético y divertido en el que únicamente con tres elementos en escena (una mujer, un hombre y una bicicleta), van acercando al público a la complejidad de la aceptación de uno mismo. Entre otros reconocimientos, el espectáculo cuenta con el primer premio del Festival Kalealdia y el segundo premio Panorama Circada 2020.

Lolo Fernández cerrará la presente edición estival la próxima semana

La programación de esta penúltima semana terminará con el folklore preurbano de Cola collective de MOPA. Una pieza que parte de la danza y que transita por distintas disciplinas para narrar una historia en la que los distintos intérpretes se transforman sumando una cola a su fisonomía. Dialogan en escena distintas disciplinas como la música, el circo o la danza para mostrar un espacio irreal que invita a la reflexión a través de metáforas visuales con las que van explicando las distintas sensaciones que les confiere tener un apéndice largo y flexible que condiciona sus movimientos.

En esta nueva edición estival, José Pascual, director del Festival, y Rosa Colell, directora artística, contaban que se han inspirado en las palabras del ministro de finanzas francés en las que destacaba “la necesidad de leer. De alejarnos de las pantallas. De no desperdiciar siglos de contacto y de sueños reales”. De esta manera, se desprende la idea de que “los artistas debemos insistir en la necesidad de alejar a los niños de las pantallas para acercarnos a la gente con tranquilidad y sin el filtro de las redes sociales”.

Por el Palacio de los Córdova han pasado ya en este mes de agosto compañías andaluzas como La Congregación, Irene de Paz, La Víspera o La Querida, a la que se suman esta semana Chicharrón Circo Flamenco y MOPA y, la próxima, Lolo Fernández. Con ello, la organización quiere revitalizar las artes escénicas y refuerza su apuesta por mantener en la ciudad una programación estable de teatro de calle y circo.

El Festival CAU nació en 2016 del seno de la Escuela de Circo y Artes Urbanas CAU de Granada “con la intención de extender el valor de la reflexión y contexto social mediante el arte, sin caer en panfletos ni en entretenimiento puro y duro”. El germen fue el Congreso de Educación y Circo en la Universidad de Granada en 2015, donde comenzó una reflexión sobre el cambio de paradigma en la creación circense, que incorpora los nuevos lenguajes teatrales a sus procesos creativos, generando nuevas dramaturgias y nuevas realidades escénicas, más ligadas al concepto artístico del arte total.