Chicho Ibáñez Serrador | Entierro en Granada

Y hasta aquí pueden leer...

  • La familia despide al genio de la televisión española acompañada de un centenar de personas en el Cementerio de San José entre aplausos y lágrimas

  • Su hija destaca su "generosidad y sincero amor por las personas" en un emocionante discurso ante decenas de seguidores con cámara para inmortalizar el momento

Pepa Ibáñez, hija del director de cine y televisión, frente a la tumba de su padre en el Cementerio de San José.

Pepa Ibáñez, hija del director de cine y televisión, frente a la tumba de su padre en el Cementerio de San José. / Álex Cámara

El genio creador de Narciso 'Chicho' Ibáñez Serrador emocionó, inspiró e hizo reír a millones de personas en una España todavía en blanco y negro a mediados de los 60. Sorteó la censura franquista a base de ingenio, inteligencia, juegos de palabras y mucho humor. Incluso se atrevió a crear el primer espacio sobre sexología en la tele. El impacto de sus programas y películas se ha traducido en una generación de directores entusiasmados con el género fantástico y de terror; y en innumerables seguidores, cuya memoria sentimental está unida irremediablemente a la calabaza Ruperta y a la intro de Historias para no dormir -con el aterrador grito y el sonido de la puerta "oxidada"-.

Granada despidió ayer por la tarde a Chicho entre lágrimas, llantos, aplausos y palabras de agradecimiento en el Cementerio de San José. El cineasta y realizador fue enterrado junto a su madre, la actriz Pepita Serrador, cumpliendo así el deseo expreso del realizador. Un centenar de personas asistieron a la misa póstuma del genio televisivo, en la que no faltaron sus hijos Alejandro y Pepa Ibáñez; sus cuatro nietas; y amigos y compañeros de profesión como Luis Larrodera y Alfredo Amestoy. No hubo ningún representante político en el homenaje, lleno de coronas de flores en señal de reconocimiento.

El hijo de Chicho, sus nietas y amigos despiden al querido cineasta. El hijo de Chicho, sus nietas y amigos despiden al querido cineasta.

El hijo de Chicho, sus nietas y amigos despiden al querido cineasta. / Pepe Torres / Efe

Tres mujeres mayores esperaban sentadas a la entrada del cementerio granadino una hora antes del entierro, previsto a las 16:30. "Venimos a decirle adiós. Fue un profesional y un genio de los pies a la cabeza, y una persona muy querida", señalaron las granadinas de adopción, que recordaron en seguida el fenómeno Chicho en TVE. "Había uno que nos daba un miedo espantoso -Historias para no dormir-. Luego estaba el Un, dos, tres.... Toda España estaba paralizada porque la mayoría estábamos frente al televisor. Tampoco olvidamos el Waku Waku", hicieron memoria.

El creador de la televisión moderna

Para Manuela González, otra gran seguidora del cineasta, es "un referente" de su niñez; "hizo una tele nueva para todos que divirtió y unió a la familia". "Hablar de Chicho es hablar de mi vida. Recuerdo los primeros Un, dos, tres... con Kiko Ledgard. Era el momento feliz de la semana y en casa jugábamos cuando salía el tema de la Ruperta. ¡Qué recuerdos! Si mi padre, que falleció hace unos meses, supiera que estoy aquí en su despedida, no se lo creería", exclamó González conmovida.

Alfredo Amestoy, mítico presentador de 35 millones de españoles y amigo íntimo suyo, destacó la generosidad del realizador con compañeros de profesión venidos del otro lado del charco. "No quiso toda la tarta para él. Invitó a muchos argentinos a venir, hasta el punto de que temimos que iba a argentinizar la televisión", recordó Amestoy. Para el periodista afincado en la Costa de Granada, el "timbre de gloria" profesional fue a su juicio el logro de haber sido quien realizó, con 18 años, el primer y último programa de televisión de la actriz Margarita Xirgú, en Montevideo.

El coche funerario entra en el cementerio granadino. El coche funerario entra en el cementerio granadino.

El coche funerario entra en el cementerio granadino. / Álex Cámara

Pasadas las 16:35, el coche fúnebre llegó al Cementerio de San José entre sonoros aplausos y gritos de "Grande". Los restos mortales de Ibáñez Serrador reposaron hasta la mañana de ayer en el Tanatorio de la M-30 de Madrid, donde numerosas personalidades del mundo de la televisión acudieron a dar el último adiós al genio de la televisión y del género fantástico y de terror.

Entre los asistentes al entierro también estuvo Luis Larrodera, el presentador de la última edición del Un, dos, tres... responda otra vez. "Me regaló la posibilidad de cumplir un sueño y allí conocí a mi mujer, con lo que me regaló la familia que tengo ahora. Me regaló también su amistad y la oportunidad de trabajar juntos”, se sinceró el actor, visiblemente emocionado. De su paso por el programa de la Ruperta, dice llevárlo en el corazón con él "a donde vaya y con la cabeza muy alta y el orgullo y el honor de haberlo podido hacer".

Un sentido del humor bárbaro

Si hay un rasgo en la personalidad de Chicho con el que se queda Larrodera, es el sentido humor. "Tenía un sentido del humor bárbaro y muy ácido. Uno no se lo esperaba. Destensaba la situación con un chiste. Era muy divertido", destacó. Su faceta como contador de historias también apareció en la conversación. "Tenía muchas anécdotas y las contaba de una manera única. Te podía contar la misma historia 16 veces, que todas gustaban", rememoró el actor.

Monólogo teatral de Amestoy en la despedida

Ante el féretro de su "maestro", Amestoy, cual actor de teatro, 'pidió' a dios que dejara entrar al pobre Chicho en el cielo, donde "ni los ángeles tienen sexo, ni se puede concursar". "Déjese de Historias para no dormir. Que duerma, que duerma el sueño de los justos sin que nada le desvele. En exceso ha trabajo para que Alejandro y Pepa no necesiten ni más tela, ni más tele", continuó su monólogo.

Lágrimas y aplausos en el último adiós a Chicho Ibáñez Serrador en Granada

El presentador, con quien el director de cine compartió etapa y anécdotas en RTVE , se despidió así: "Los restos descansan junto a su mamá. Que Dios se encargue de su alma, que de los restos de su hijo nadie mejor cuidará que el lugar más bello de la gran Granada, donde estará Chicho de aquí a la eternidad". Al momento, un espontáneo no dudó en gritar lo siguiente: "Chicho, gracias en nombre mío y de mi familia por los ratos que nos has hecho pasar y las penas que nos has quitado".

Emotivo discurso de su hija

El momento más emocionante de la despedida se produjo cuando la hija pronunció unas conmovedoras palabras. "Querido papá, lo primero que quiero es darte las gracias como hija. Con tu amor y esfuerzo mi vida ya sido un auténtico sueño. Gracias a ti he podido crecer sumamente feliz, libre y sin preocupaciones", declaró con la voz temblorosa al inicio de su elocuente discurso.

La hija de Chicho Ibáñez, en el entierro

"Me enseñaste a fascinarme con la vida, a tener espíritu crítico, a ser aventurera, curiosa, inquieta, exigente, perfeccionista y también un poco mandona. Me enseñaste a experimentar y explorar el mundo al máximo tal y como tú siempre lo has hecho, pero a la vez a ser bondadosa y humilde por el camino. Por todo esto te estoy eternamente agradecida", recalcó.

Ibáñez recordó a su progenitor como "un padre con poderes especiales, un súper jefe para todos. El maestro de todos los maestros". "Han sembrado tantas semillas de amor e ilusión por tantas partes que ese cariño no va a parar de crecer. Es un honor tener un padre que con tantísimo esfuerzo tocó los corazones de millones de personas e inspiró la vida de muchos para que consiguieran sus sueños. Permanecerás en la memorias colectiva de todo un país", destacó.

La hija de Chicho lee su emotivo discurso ante decenas de personas en el Cementerio de San José. La hija de Chicho lee su emotivo discurso ante decenas de personas en el Cementerio de San José.

La hija de Chicho lee su emotivo discurso ante decenas de personas en el Cementerio de San José. / Álex Cámara

Estos días, contó Pepa Ibáñez, "hemos recibido miles de elogios por tu genialidad, creatividad, talento, humor, originalidad". "Lo que más me enorgullece es el gran corazón que siempre has tenido. Como has tendido las manos a tantas personas, a sus familias, hijos, amigos", subrayó. Su legado, continuó, "se mantendrá vivo por siempre, especialmente cuidado por tu hijo querido Alejandro".

"Por fin te reúnes con tu querida mama aquí, en esta bella tierra que es Granada. Te queremos mucho tus hijos y familia", zanjó la hija de Chicho. El director de cine fue enterrado junto a su madre, cuya vista de la ciudad desde el Cementerio de San José, con Sierra Nevada al fondo, la dejó prendada e hizo pedir que su último sueño lo durmiera aquí. Al igual hizo su hijo Narcisín, que en días como hoy pronunciaría la famosa frase: "Y hasta aquí puedo leer"...

Foto de Chicho a los tres años con su madre, Pepita Serrador. Foto de Chicho a los tres años con su madre, Pepita Serrador.

Foto de Chicho a los tres años con su madre, Pepita Serrador. / Twitter

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